El juez supremo César San Martín reconoció que cometió un error al haberle pedido un favor a Walter Ríos tras la difusión de un audio. (Foto: USI)
El juez supremo César San Martín reconoció que cometió un error al haberle pedido un favor a Walter Ríos tras la difusión de un audio. (Foto: USI)

Detalle vital que está pasando desapercibido: ayer Duberlí Rodríguez reveló que quien, como entonces presidente del PJ, nombró a Hinostroza como vocal supremo FUE César San Martín (CSM), en 2011. Ojo al piojo… los que defienden a CSM aducen que “cometió una falta” (salvo para el penalista Lamas Puccio, quien afirma increíblemente que no pasó nada malo. ¡Para recordar!). Pero además de escamotear un tráfico de influencias obvio, estos escuderos interesados olvidan que en CSM existe un viejo patrón de irregularidades, que siempre quedaron impunes en el CNM, especialmente cuando los consejeros García Núñez (rojicaviar) y Pablo Talavera (caviar y muy amigo de CSM) rugían allí.

Veamos los cuatros peores casos, por los cuales JAMÁS debió salvarse: CSM obtuvo un veloz doctorado en la U. San Agustín de Arequipa sin cumplirse la Ley Universitaria 23733, ni los estándares internacionales de certificación. CSM falló dos veces a favor del BCP estando AÚN inscrito como apoderado de este banco (Causa N° 2598-2002/21-12-2004 y Causa N° 686-2005-A /14-6-2005). CSM presionó –junto a su ahora defensor Pedro Cateriano– a la jueza Rojassi por el caso Chavín de Huántar (¡aquí hasta grabación hay!). El apellido de CSM figura en una agenda de Nadine Heredia dentro de unas coordinaciones ilegales para absolver a Ollanta del caso Madre Mía. Es evidente que se trata de él, pero tampoco pasó nada. Los otros tres casos fueron los mails para discutir cómo condenar a Fujimori con tres abogados españoles (Doval, Carrasco y Juanatey) antes del inicio del juicio, la extraña absolución a Ollanta por el caso Madre Mía y mi abusiva condena con un caso ya prescrito.

Por todo esto y este tráfico de influencias reciente es que CSM debe dejar el PJ. ¡Que regrese al Estudio Ugaz! (Y Ugaz sigue callado).