“Los Cojudos II” de Sofocleto

-Desde su tumba, el recordado humorista Sofocleto nos enviaría una segunda versión de su libro Los cojudos si es que el Perú accede a entregarle a Odebrecht esos S/524 millones que la empresa brasileña reclama por la venta de Chaglla después de que nos hemos enterado de ese nuevo caso de megacorrupción vinculado al abortado Gasoducto del Sur. Allí tenemos por lo menos una herramienta para presionar por la ampliación de ese tan insuficiente acuerdo fiscal (que tanto aplaudieron las focas en los medios) y de las reparaciones que nos deben. Ni pagarles lo de Chaglla hasta que nos cuenten TODO, ni para nada indemnizarles por lo invertido en el gasoducto. ¡A ver si alguna vez le damos la contra a Sofocleto en este “país”!

-El último semanario H-13 trae la inquietante revelación de que el Estado peruano ha repotenciado notablemente su capacidad de espiar las comunicaciones de sus ciudadanos con recientes compras de softwares y aparatos (¡hasta dos mil llamadas a la vez!). Es cierto de que todo Estado debe combatir al narcotráfico, la corrupción y las mafias con este tipo de acciones de Inteligencia, pero lamentablemente los peruanos ya hemos pasado antes por los excesos cometidos por el montesinismo, mientras que en estos últimos tiempos, colegas como Rospigliosi y otros nos han advertido de “filtraciones” selectivas desde la Policía y el MP a determinadas ONG y medios con clara intencionalidad política, al margen de que efectivamente, y eso nadie debe dejar de reconocerlo, han sido determinantes para la caída de pesos pesados de la corrupción. ¿Podrían estos nuevos y tan potentes equipos desviarse de sus parámetros y ser usados con fines políticos, como tal parece que en parte ya ha sucedido? ¿La Defensoría del Pueblo o alguien no debería supervisar que esto no ocurra?