Obispo Cabrejos. (USI)
Obispo Cabrejos. (USI)

Parece que el clero peruano ha optado por la vía de polarizar aún más al país en esta coyuntura con la elección (es su tercera vez) del obispo Cabrejos como el nuevo presidente de la Conferencia Episcopal. Antifujimorista convicto y confeso, Cabrejos fue el obispo que más se opuso públicamente al indulto concedido a Fujimori, un tema de política de Estado y de potestad del Ejecutivo en que los curas NO tienen por qué meter las narices, sea a favor o en contra. También Cabrejos pontificó sobre esta última iniciativa sobre prácticas profesionales, con la demagogia izquierdista de que era “esclavista”. Asimismo, es conocida la escasa simpatía que Cabrejos le tiene a la minería, actividad que, le guste o no, mantiene nuestro país; recordemos que como “facilitador” en Conga terminó siendo más bien un “complicador”. Y tampoco Cabrejos es un cura liberal, pues es uno de los que más se han opuesto al matrimonio gay (otro tema legal que tampoco es competencia de ellos) y otros asuntos de estricta libertad individual. Encima, de segundo lleva al obispo Barreto, rojimio y antiminero. Lo más trágico es que el cardenal Cipriani cumple 75 años en diciembre, edad de retiro en la Iglesia. Eso significaría la eventual salida del más importante freno al rojerío en la Iglesia local y por eso sucedería allí algo similar a la salida de Villa Stein de la Corte Suprema, que ha significado que ahora los caviares campeen allí a sus anchas, sin que nadie les haga un contrapeso.

Para los liberales laicos, no existe una peor combinación que la de un cucufato rojo, pues estos buscan inmiscuirse tanto en la vida privada de los demás como intervenir en los asuntos públicos y económicos con propuestas socialistoides, disfrazadas de verborrea religiosa.