Velasco Alvarado dio un golpe de Estado, que, según manifestantes, podría repetirse de parte de los integrantes de FP. (Foto: Renzo Salazar)
Velasco Alvarado dio un golpe de Estado, que, según manifestantes, podría repetirse de parte de los integrantes de FP. (Foto: Renzo Salazar)

Hace poco, unos universitarios me preguntaron por qué aborrecía a la izquierda. Les respondí que por el daño colosal que le ha hecho y le hace al Perú, que les resumí en 5 puntos:

1) El velasquismo, dictadura izquierdista que nos atrasó décadas, empobreciéndonos a niveles africanos con ese modelo económico estatista y socialistoide, que duró de 1968 a 1992. Además de ahogar libertades, perseguir opositores y estatizar la prensa, deshizo la economía: el agro pulverizado con la Reforma Agraria. ¡Llegamos hasta a importar azúcar y papa! Nos “minifundizó”. Creó cuevas parasitarias (cooperativas). Estatizó la pesca, sobrepescó y casi extingue a la anchoveta (desapareció 10 años). A la minería la estancó con la estatización; tan solo se abrió Cuajone en esos casi 25 años de velasquismo económico. Desincentivó la inversión y el empleo con la Comunidad Laboral, la Propiedad Social y la Estabilidad Laboral (absoluta a los tres meses). Cerró el país al exterior. Nos hizo tragar un chovinismo barato. El PJ y la escuela pública nunca volvieron a los buenos niveles de antes de 1968. Nos cargó una inútil deuda externa gigante. En suma, una mierda por donde se le vea.

2) La izquierda trajo el terrorismo. Dos bandas de iluminados pervertidos (SL y MRTA) nos atacaron a balazos y bombazos. Mataron y mutilaron física y mentalmente a miles de peruanos. Destruyeron billones en infraestructura.

3) Por la izquierda (Estrada, Dammert, JDC, Barrantes, Mohme) no se firmó el contrato de Camisea con Shell en 1988, atrasándose 20 años la riqueza gasífera.

4) La educación pública peruana se pauperizó por el rojo Sutep.

5) Y ahora la izquierda antiminera frustra Tía María, Conga y el desarrollo del cinturón cuprífero cajamarquino. Miles de millones más perdidos para el país. ¿No son abominables?