Mendoza Ramírez asumirá la cartera de Justicia. (USI)
Mendoza Ramírez asumirá la cartera de Justicia. (USI)

La reciente salida de la tremendamente decepcionante Marisol Pérez Tello de Justicia desbloqueó el último obstáculo a un tema que ya se cae de maduro: el indulto a Fujimori. Como, por el momento, no se avizoran más huelgas o crisis políticas inminentes y existe como un ambiente de tregua tras este reciente clímax con Zavala, haría mal PPK en dilatarlo aún más, que a veces esperar “una mejor oportunidad” en un país tan mercurial termina siendo contraproducente. Se sabe que hace rato que PPK tiene listos los informes médicos a favor y que el nuevo ministro Mendoza (nada menos que un ex presidente de la Corte Suprema) no se haría mayor problema, así que ya todo solo depende de que PPK tenga de una vez los pantalones para firmarlo; ya no le debería tener miedo a nada a su edad y habiendo llegado adonde más lejos se puede llegar políticamente en el Perú.

Chillarán las ONG, los caviares, los rojos, los fujicaviares (RMP y su manchita), los de los odios eternos y algunos medios profundamente antifujimoristas (La República, un canal abierto y otro de cable). También habrá bulla en la web y tal vez algunas marchitas callejeras. Pero tengo la impresión de que incluso esos sectores ya están como resignados y que armarán jaleo solo por cumplir con el teatro de rigor. Por allí he visto un último intento de complicar el indulto, alegando que la apertura del “Caso Pativilca” obstaculizaría la salida de Fujimori o podría significar su nuevo regreso a prisión a poco de salir libre, pero eso no parece pasar más allá de un manotazo de ahogado. Como tampoco lo frena la necesidad de cumplir reglamentos: el indulto es una prerrogativa presidencial absoluta, sin límites. PPK lo firma, el otro sale y se acaba el asunto. Ya, de una vez a voltear esa página.

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