Perú visitará a Argentina y recibirá a Colombia en la próxima jornada doble del certamen. (EFE)
Perú visitará a Argentina y recibirá a Colombia en la próxima jornada doble del certamen. (EFE)

Tras la victoria, hablemos hoy un poquito de fútbol. ¿Cómo ha cambiado el fútbol desde que lo empecé a ver? Muchísimo. Antes se toleraban más las patadas; ni Gentile o Reyna le hubieran podido hacer sus célebres “marcas” a Maradona en estos días. Antes, salvo en el caso de los europeos, se descuidaba mucho el estado físico; Sotil con las justas aguantaba un solo tiempo en el Mundial del 78 a los 29 años y el mismo Perú apenas de pie en sus partidos. Antes eran muy raros esos goles de tiro libre al ángulo o muy colocados. Por eso, Pocho Rospigliosi tanto rememoraba uno que nos hizo el brasileño Didí en las eliminatorias de 1957. Antes sí había “selecciones chicas”; era casi impensable que Perú perdiese con Colombia, Ecuador, Bolivia o Venezuela. Antes no existían estas distancias tan siderales entre los clubes. Aunque no lo crean, la “U” le empató 2-2 en Lima nada menos que al Bayern Munich de Beckenbauer en 1971. Un combinado Alianza/Municipal golearía 4-1 a ese mismo equipo alemán poco días después. Y en 1996, Alianza Lima sería derrotado ajustadamente 1-0 por el Real Madrid en Lima. Los equipos sudamericanos solían derrotar a los europeos en la entonces Copa Intercontinental Toyota. Pero la gran revolución del fútbol se dio con Holanda en 1974, gracias al genio de su DT Rinus Michels, quien inventó el “fútbol total”, donde todo el equipo se movía como una máquina implacable a toda velocidad y sus futbolistas pasaron a ser también atletas. Uno observa los partidos anteriores a esa Holanda y eran un té de tías: se corría solo por breves momentos, recién se marcaba en el área, nadie usaba el off-side, el mediocampo era una zona libre de tránsito, los delanteros bajaban muy poco y los defensas subían esporádicamente. Era más lento. Y más vistoso.

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