Salvador del Solar
Salvador del Solar

Ya sabemos que PPK tiene sus chocheras a fondo. Una es (o fue) Gilbert Violeta, que ya vimos su gran valía. Otra es Zavala, al que tercamente mantiene de premier, puesto para el que ya probó que no sirve; una terca dependencia de PPK que, a este paso, le llevará al 10% de aprobación. Y su tercera chochera es Salvador. Si no, uno no se explica cómo el presupuesto de 2018 para el Ministerio de Cultura es el segundo que más crece: ¡un astronómico 69%, duplicando su proporción del 1% al 2% del presupuesto, de S/1,738 millones a S/2,941 millones (o sea, US$900 millones)! ¡Aplausos! Además, PPK va a presentar una de esas leyes típicamente mercantilistas para “fomentar el cine peruano” (que, salvo rarísimas excepciones, es bastante malo. Solo se suelen producir atormentadas rojadas existencialistas, chongo ligero o cine-terror barato. Está a años luz del cine argentino, por ya no hablar de fuera de la región), gravando las entradas de los cines e imponiendo “cuotas de pantalla” obligatorias. O sea, intervencionismo estatal y dirigidos subsidios para favorecer caprichosamente a una determinada y poco competitiva industria, de la que encima participa el ministro como juez y parte. ¡Aplausos!

Si fuéramos un país normal y consciente de su pobreza, cerraríamos Cultura (creación huachafa de García II en su tramo final) y esos US$900 millones anuales los dedicaríamos a aumentar el sueldo de maestros y médicos o a la reconstrucción o a erradicar la anemia o a mejorar la seguridad pública. El Ministerio de Cultura no ha resultado más que una inútil empleocracia cara para los eternos presupuestívoros rojos y caviares, donde se termina colocando de ministros a cantantes (Susana Baca) o a actores (Salvador) por la cara y dándole mucha chamba a la PUCP. ¡Aplausos!

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