El Ministerio de Educación ha tomado medidas para evitar los casos de corrupción. (El Comercio)
El Ministerio de Educación ha tomado medidas para evitar los casos de corrupción. (El Comercio)

En el país tenemos una empresa con poco más de 6.5 millones de usuarios y 6 millones de clientes. Atiende en unos 50,000 locales con poco más de 450,000 empleados y tiene un presupuesto de S/30,000 millones al año.

¿Saben cuál es esa empresa? Se llama Ministerio de Educación. Es la más grande del Perú y tiene como uno de sus principales objetivos formular y administrar las políticas educativas, velando por la calidad y cobertura de la prestación de servicios educativos; una gran responsabilidad con el país y los más de 6.5 millones de alumnos.

¿Sabía usted que en los últimos 19 años hemos tenido 14 ministros de Educación? En promedio hemos tenido un ministro cada año y cuatro meses. ¿Cree usted que se puede manejar la empresa más grande del país con un gerente general cada 16 meses? ¿Se imagina a grandes empresas, como Yanacocha, Southern o Alicorp, que cambien de gerente general casi todos los años? Esta es la dura realidad de nuestro sistema educativo y ocurre no solo en el ministerio, también en los gobiernos regionales. Esto se debe a que el funcionamiento de este ministerio está en el ámbito político y no en el técnico. ¿Por qué no sacamos del ámbito político a nuestra empresa, la más grande e importante del país?

¿No sería mejor que el sector Educación funcione como el BCR, que les da continuidad a sus mejores ejecutivos, goza de autonomía y ha desarrollado una tecnocracia que le da alto desempeño? ¿No cree que la designación del ministro de Educación debería ser similar a la del presidente del BCR y que su funcionamiento debe ser independiente del poder político? ¿No creen que la educación estaría mejor con un manejo como el de esta entidad? Ustedes tienen la respuesta.

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