El jueves por la noche, Latina Televisión hizo pública la grabación de una conversación telefónica entre Crisóstomo Benique, candidato frustrado al Congreso de 2020 por Fuerza Popular –el JEE de Puno lo excluyó porque omitió información en su hoja de vida–, y Alberto Fujimori, preso en el penal de la Diroes. La charla, registrada en audio por Benique, ocurrió en noviembre pasado, mientras el que grababa estaba en su natal Puno y su interlocutor, Fujimori, en su privilegiada celda en Lima.
Durante el diálogo, se escucha a Fujimori asegurándole a Benique que irá en la lista de FP por Puno con el número 4 y citándolo para el jueves siguiente, a la hora del almuerzo, en su celda-chalet. Después, por boca del propio Benique, se supo que se reunieron hasta en dos oportunidades para almorzar y que el propio Fujimori preparó cebiche y cancacho de cordero para las meriendas.
Y al día siguiente, otro candidato de FP que va con el número 2 por la misma región, Roger Limachi, aseguraba en una entrevista que a él el propio ingeniero Fujimori lo llamó para invitarlo a candidatear, refiriendo, además, que el contacto entre ambos lo hizo el exministro de Salud del gobierno de Fujimori y Montesinos, Víctor Paredes Guerra, quien, a su vez, postula al Congreso de 2020 en la lista de FP por Lima, según él mismo, invitado por Alberto Fujimori durante una visita que le hizo a la Diroes.
Estas revelaciones confirman que, por lo menos en tres casos, Alberto Fujimori eligió candidatos a dedo. Según la ley electoral, el cumplimiento de las reglas que garantizan la democracia interna en las organizaciones políticas es obligatorio. La norma señala que todo partido o agrupación debe realizar un proceso de comicios internos para definir a los candidatos que postularán a los cargos de elección popular.
Es más, al momento de solicitar la inscripción de sus listas, los partidos deben presentar el acta original o la copia certificada firmada por el personero legal, que registre la elección interna realizada. La ley dice que si vulneran esas normas, serán sancionados con la improcedencia.
¿En el fujimorismo no se aplican las elecciones internas? Si las autoridades electorales fueron sorprendidas, ahora cuentan con las pruebas para sancionar, drásticamente, a Fuerza Popular.
Además, cada JEE debe preguntarse si los postulantes designados a dedo por el presidiario Alberto Fujimori fueron solo los de Puno y Lima, si no hay otros a lo largo y ancho del país en la misma situación.
Las autoridades electorales deben reaccionar, los ciudadanos necesitamos confiar en el JNE. El Gobierno no funciona. Preocupada, únicamente, por las formas, la ministra de Justicia, Ana Teresa Revilla, refiere balbuceante, en esta misma edición, que no se puede actuar de inmediato, que primero hay que investigar qué es lo que ha pasado, por qué un reo tiene teléfono celular, por qué pueden visitarlo tantas personas en tan pocos días; y dice que hasta que el INPE no se pronuncie, no se podrán establecer responsabilidades.
Esa tibia reacción explica por qué, en las narices de su administración, un reo como Fujimori, que se describe a sí mismo como moribundo, cocina, despacha y realiza una intensa actividad política desde una celda que parece un chalet. Y por qué Vladimiro Montesinos, yunta inseparable de Fujimori, vive también un encierro dorado, en una celda ampliada según sus necesidades y rodeado de lujos.