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Elecciones en Venezuela: Una dictadura dispuesta a todo para prevalecer en el poder

Pese a todo queda espacio para el optimismo.

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Elecciones en Venezuela
Fecha Actualización

Los escenarios están abiertos, pero todo indica que Nicolás Maduro se encuentra en una posición menoscabada. Sus amenazas dan cuenta de la incertidumbre, de la necesidad de afianzar el poder por la fuerza. Lo acredita cuando advierte un “baño de sangre” si es que gana la oposición; también sus dichos en el cierre de campaña en que amenaza con aplicar “mano de hierro” en contra de sus adversarios políticos. Incluso enfatiza que no permitirá a la oposición seguir “haciendo daño”. Y esta sencilla verbalización nos sitúa en el escenario más realista del proceso. Aquel en que el dictador proyecta una acción de represalia que tendría lugar después de la votación. En buen castellano, antes del conteo en las urnas, reafirma su continuidad en el cargo y revela que tiene cero interés en abandonarlo.

Los datos indican que el régimen está dispuesto a todo para mantener el statu quo. La campaña electoral registra una serie de irregularidades, tales como el secuestro y desaparición de líderes políticos y la acusación del principal partido opositor, Vente Venezuela, como una “organización terrorista”. Al cierre, se informa de la detención arbitraria de 20 miembros del partido y más de 70 detenidos de la oposición. Incluso se registra un atentado en contra de los vehículos de la caravana de campaña dirigida por María Corina Machado, que hace unos días fueron vandalizados con el corte de manguera de los frenos.

A lo anterior se suman acciones de intimidación en contra de negocios y personas que suministren algún tipo de apoyo a los adversarios políticos del régimen, por lo que han clausurado restoranes, detenido dueños de negocios por vender un desayuno o alquilar un lugar o un carro a miembros de la campaña. También se registra el corte de puentes y carreteras para impedir el acceso de líderes opositores a mítines con sus partidarios. Actos de censura para impedir la difusión de mensajes y entrevistas de la oposición. Asimismo, la infaltable difusión de fake news en contra de los rivales.

El gobierno de Venezuela prepara la elección del domingo 28 como una fiesta para celebrar la continuidad de Nicolás Maduro en el cargo, un triunfo electoral el día que se conmemora el nacimiento de Hugo Chávez. Es el único motivo que explica la convocatoria a las urnas a mitad de año para un mandato que comienza en enero del 2025.

Algunos optimistas asumen que este largo periodo entre la elección y el momento de la toma de poder considera el espacio para una transición política. Pero si ese fuera el caso, Maduro no se habría molestado en postular a la reelección. Incluso facilitaría las elecciones después de acordar con los candidatos principios básicos de una transición pactada, asegurando condiciones de inmunidad. Una dictadura no cede el poder por medio de una contienda electoral. La excepción chilena fue resultado de un proceso mayor de carácter institucional. La Constitución del 80 tenía una "trampita" que la dirigencia del momento no quiso ver, que abrió la puerta al retorno a la democracia. Como buenos soldados siguieron el manual y se encontraron con la sorpresa del triunfo del “NO”.

Volviendo al caso de Venezuela, Maduro se encuentra en una posición de incertidumbre electoral porque le fallaron los mecanismos de control. Se activó un bloqueo selectivo del Consejo Nacional Electoral que impidió la inscripción de algunos candidatos. El sistema también inhabilitó otros. Con lo obrado, jamás pensaron que la oposición lograría integrar un frente unido en respaldo de Edmundo González Urrutia. El régimen reacciona con la amenaza y la intimidación, también cerrando la puerta a observadores internacionales.

La estrategia de la oposición es que el triunfo electoral sea tan contundente que la dictadura sea incapaz de perpetrar un fraude, que sea imposible revertir el resultado con los mecanismos a su alcance. Por eso la convocatoria es acudir a las urnas y permanecer en las sedes electorales para defender el voto. Pero el voto es electrónico. No hay papeletas que resguardar. Muchos optimistas realmente creen que pueden ganar.

La esperanza es lo último que pierde un pueblo al que se le ha arrebatado todo. Según el testimonio de una mujer, “¿que más nos pueden quitar, si nos quitaron a nuestros hijos?”. Acorde con lo que señala Machado, la campaña de la oposición apunta a la “indignación hacia la amenaza, humillación, persecución, violencia, pobreza intencional que el régimen creó”. Un proceso que incentivó la salida de millones de venezolanos que no pueden regresar.

No podemos descartar que ya estén impresos los titulares de los periódicos oficialistas del lunes 29, anunciando el triunfo de Maduro con el 51,1% de los votos emitidos. La pregunta es qué pasará en las calles. Primero, si efectivamente gana la oposición, segundo si tiene las herramientas para acreditarlo. Solo si es positiva la respuesta a los primeros dos puntos se abre una tercera cuestión: si los líderes de la oposición tienen el poder para convocar a una sublevación en las calles. Eso dependerá del nivel de participación de los votantes y el descaro en el caso de un eventual fraude.