“La campaña de Trump está orientada a posicionar a Biden (político y exvicepresidente) como cercano al socialismo/comunismo y ganar estados que rechazan regímenes como Cuba y Venezuela”.  (Foto: Jim Watson / AFP)
“La campaña de Trump está orientada a posicionar a Biden (político y exvicepresidente) como cercano al socialismo/comunismo y ganar estados que rechazan regímenes como Cuba y Venezuela”. (Foto: Jim Watson / AFP)

El 3 de noviembre habrá elecciones, el discutido presidente Trump intentará la reelección. Siendo EE.UU. la primera potencia y adalid de la democracia, las elecciones generan interés por las consecuencias que sus “políticas” para el mundo (guerra comercial, medio ambiente, proteccionismo). En el sistema electoral americano son los delegados del Colegio Electoral con 270 votos o más los que eligen al presidente y no es por votación directa. Cada estado tiene un número de votos. En 2016, Hillary Clinton obtuvo más votos, pero no alcanzó los 270 votos electorales (da igual ganar un estado por un voto que por 1 millón). América del Sur no es prioritario para EE.UU. (pese a la creciente importancia del voto latino). Dícese que somos su patio trasero. El Perú tiene un TLC desde 2006 (vigente desde 2009) con intercambio mutuamente beneficioso. EE.UU. es nuestro segundo socio comercial (era el primero) e importante inversionista.

Trump genera rechazo, pero también adeptos, personaje de extremos, de discutibles “formas”. La Bolsa de Valores ha superado el valor pre-COVID, aunque se ha perdido miles de puestos de trabajo. “La calle” no es fiel reflejo de Wall Street.

La campaña de Trump está orientada a posicionar a Biden (político y exvicepresidente) como cercano al socialismo/comunismo y ganar estados que rechazan regímenes como Cuba y Venezuela. La campaña también enfatiza el poderío chino, y a Trump como líder capaz de “proteger” los empleos americanos amenazados. Biden podría mostrar una relación más cooperante con China.

Trump está rezagado en las encuestas como en 2016, perdiendo en los “estados swing” (que definirán elecciones). Los debates sirven para recortar la ventaja. ¿Le alcanzará a Trump el último debate para revertir la tendencia? El primer debate fue malo para ambos (peor para Trump); confuso, confrontacional, sin propuestas.

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