Un sistema digital de votación conllevarías muchas ventajas, asegura el columnista. (Foto: Andina)
Un sistema digital de votación conllevarías muchas ventajas, asegura el columnista. (Foto: Andina)

El cuestionamiento del resultado de las recientes elecciones presidenciales en EE.UU., por , y la proximidad de las elecciones en abril 2021 en el Perú, le dan mayor relevancia a la digitalización del proceso electoral, aunque sea en aquellas localidades que cuentan con conectividad.

Las elecciones en EE.UU. contemplan la posibilidad del voto no presencial, que es vía postal. Este voto postal, por viajar de manera manual, con intervención de muchas personas a lo largo del proceso, llevó al presidente Trump a objetar su resultado. Sin embargo, un voto electrónico y digital, al no ser manipulable por un humano, luego de la emisión del voto del ciudadano individual, sería confiable.

La pandemia del COVID-19 llegó al Perú en marzo del 2020 y las elecciones serán en abril del 2021. Es decir, habrá pasado más de un año entre ambos eventos. Tiempo suficiente para haber desarrollado los sistemas que soporten una plataforma de sufragio digital.

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Los analistas políticos señalan como posible excusa de diferimiento de elecciones, por el actual presidente Merino, el peligro de contagio al asistir a los centros de votación. No obstante, una elección digital, desde la comodidad y seguridad del hogar, no traería dicho riesgo. Por lo menos, lo limitaría a localidades sin conectividad.

La seguridad del voto digital, es mayor que cualquier operación financiera de las que las personas realizan desde sus móviles, tablets o computadoras personales. El Reniec ha registrado elementos de seguridad e identificación biométricos con nuestros DNI electrónicos y, para los que no lo saben, tienen un código de identificación personal.

La ONPE ya debería estar trabajando con el JNE, el Reniec, el viceministerio de Comunicaciones y las Telcos, en tener el sistema digital de votación listo para las elecciones presidenciales y congresales, que evite toda excusa para suspenderlas por el contagio del COVID-19 y asegure un proceso más económico y eficiente porque no hay que desplazar gente, ni imprimir cédulas de votación, ni distribuirlas a los centros de sufragio, ni recogerlas de dichos centros, ni contar a mano los votos emitidos, ni lugar a personeros que ganen “en mesa” las elecciones, ni demorar en el conteo de votos.

Los invito a releer, en este mismo diario, mi artículo del viernes 21 de agosto del 2020: Digitalizando Nuestro Sistema Democrático -