"Poco importa ya el próximo partido ante Garcilaso de local o ante Cusco allá. La moral se debe de recuperar contra los chilenos para subir, como mínimo, al tercer puesto".
"Poco importa ya el próximo partido ante Garcilaso de local o ante Cusco allá. La moral se debe de recuperar contra los chilenos para subir, como mínimo, al tercer puesto".

Alianza Lima se presentó ante la altura de Huancayo con un equipo alternativo, pero no lejano al que muestra, por ejemplo, en la Libertadores. Y cómo sufrió para ganar, señores, que tuvieron que entrar los ‘peso pesados’ para sacar el resultado.

Los ‘íntimos’ se enfrentaron al rojo matador con hasta siete cambios respecto a su once anterior, pero no encontraban cómo hacer daño y solo cuando ingresaron Serna y Barcos ganaron.

Esto, sin dudas, grafica cruelmente la longitud del plantel blanquiazul y, sobre todo, la brecha de calidad que —reconozcámoslo— existe entre los habituales titulares y los que salen desde el banco.

Por ello, bajo esa visión, resulta dificilísimo —no solo para los victorianos, sino también para el resto de equipos peruanos— seguir peleando (o intentándolo) en liga y en copa.

Más allá del hambre deportivo, del deseo de superación y del premio económico por seguir avanzando, la tarea es difícil y titánica, sobre todo, sin una plantilla más pareja y amplia.

Por ello, ante Colo-Colo (y sabiendo que luego se viene Fluminense), Alianza se juega media campaña. Virtualmente eliminado del Apertura y, por ende, sin un lugar preferente en la final anual, los de Restrepo tendrán que salir a ganar.

A ganar, pero con inteligencia. Sólidos en la defensa y en la volante y encomendados en la delantera, donde el hincha ‘íntimo’ ruega que reaparezca el excuestionado pana Waterman.

Poco importa ya el próximo partido ante Garcilaso de local o ante Cusco allá. La moral se debe de recuperar contra los chilenos para subir, como mínimo, al tercer puesto.

Una vez ahí, un empate en Río en la última fecha no será para nada mal visto. Ese es el verdadero objetivo de Alianza esta semana, volver a ganar un duelo internacional.

Y para ello, creo fielmente que el 4-4-2 con ‘doble lateral’ es el sistema que más conviene con las duplas Zanelatto-Ramos y D’Arrigo-Freytes por las bandas. Ataque y marca.

Más arriba, el inacabable (y en racha) Pirata junto con el más habilidoso de esta campaña deberían de consagrarse como las pesadillas colocolinas.