La agroexportación se ha convertido, holgadamente, en el segundo sector generador de divisas en el Perú con exportaciones superiores a los US$12,790 millones en 2024 (un crecimiento de 21.4% respecto a 2023) y solo detrás de las exportaciones mineras.
Este impresionante crecimiento es aún más notable si tomamos en consideración que hace 25 años las agroexportaciones peruanas solo generaron poco más de US$600 millones.
El boom agroexportador es la verdadera revolución agrícola en el Perú y esta se ha logrado quitándoles tierras, no a otros peruanos, sino a los áridos desiertos costeños, entregándolas a una creciente frontera agrícola que ha venido “tiñendo de verde el arenal”.
Nada de esto hubiese sido posible sin las enormes obras de irrigación y trasvases de aguas ejecutados y a los múltiples tratados comerciales que tiene el Perú, que le permiten acceso al mercado mundial.
Para que la explosión agroexportadora no se detenga es imprescindible continuar con los proyectos de irrigación aún pendientes y en su totalidad hoy paralizados por la incompetencia y corrupción.
Solo en la costa norte tenemos, hoy, cinco proyectos de irrigación que tienen el potencial de incorporar 186,000 hectáreas nuevas a la agroexportación, mejorar las 133,000 ya existentes y generar, con ello, 500,000 puestos de trabajo entre directos e indirectos.
Estos son: Chinecas, que busca mejorar, ampliar y asegurar el suministro de agua para riego en los valles de las provincias de Santa, Casma y Huarmey. Además, incorporará alrededor de 70,000 hectáreas de nuevas tierras a la producción agrícola y mejorará el riego de otras 33,000 hectáreas.
En segundo lugar, contamos con Chavimochic III, que busca completar y consolidar el sistema de riego en la región La Libertad. Se tiende a incorporar 63,000 hectáreas de tierras para la agricultura y optimizar el riego de 48,000 hectáreas de cultivos existentes. Se estima que el proyecto generará 150,000 puestos de trabajo directos
En tercer lugar, tenemos el Alto Piura, que busca transformar más de 50,000 hectáreas de tierras áridas en zonas agrícolas productivas, generando más de 100,000 empleos directos e indirectos.
En cuarto lugar, tenemos a Chira Piura, que busca optimizar el uso del agua para riego y otros usos a través de un canal que trasvasa agua del río Chira al río Piura, regulada por el reservorio de Poechos. Se incorporarán en una primera fase 19,000 hectáreas nuevas y el mejoramiento de otras 31,000.
Por último, contamos con la Margen Derecha del Río Tumbes, que busca mejorar el acceso al agua para el riego de 4,000 hectáreas existentes y ampliar la frontera agrícola en 2.1 hectáreas adicionales, beneficiando a 300,000 habitantes de las provincias de Tumbes, Zarumilla y Contralmirante Villar.
Como vemos, el Perú está lleno de posibilidades de inversión que podrían en el corto plazo generar empleo y desarrollo. No dejemos que la incompetencia y corrupción nos sigan arrebatando el futuro. Sí se puede.