Juanito Alimaña, personaje principal de la canción homónima de Héctor Lavoe, era un criminal conocido al que todos le temían y que actuaba con total impunidad gracias a sus vínculos con las autoridades. Pues resulta que Juanito Alimaña también es dirigente sindical.

El líder de la CGTP en Arequipa, José Luis Chapa, fue capturado junto a Andrés Saya, dirigente de construcción civil, según la Fiscalía, por pertenecer a una organización criminal dedicada al cobro de cupos a empresas de construcción. Es así como se comprobó lo que se comentaba desde hace muchos años en la ciudad sureña.

Por un lado, aquellos dirigentes no solo son conocidos por las protestas contra Tía María que terminaron en destrucción de la propiedad, sino que Chapa manifestó en una entrevista que el pueblo debía levantarse en armas contra el sistema. Por otro lado, la Fiscalía no solo debe limitarse a investigar el cobro de cupos a empresarios, sino también la presunta imposición que muchos líderes sindicales realizan a sus afiliados para asistir a marchas sin su voluntad.

Lo sucedido en Arequipa probablemente suceda diariamente en todo el país y quede igualmente impune, y se necesita que la justicia actúe de inmediato para evitar que se institucionalice la extorsión a empresarios y trabajadores. Asimismo, se debe desenmascarar a todos esos sindicatos que dicen defender a sus afiliados y luchar contra la corrupción, pero en sus filas tienen a gente como Juanito Alimaña, quienes actúan con total impunidad.

Por ello, los sindicatos deben ser repensados. ¿Los necesitamos? Sí, pero para defender a los trabajadores, no para que sus dirigentes vivan a expensas de estos y los utilicen como pretexto para delinquir. Solo así se podrá tener sindicatos modernos y no bandas criminales que dicen ser sindicatos.


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