"Vemos gobernadores como el de Arequipa o Piura haciendo gala de su incapacidad para gestionar los recursos recibidos para enfrentar al virus".
"Vemos gobernadores como el de Arequipa o Piura haciendo gala de su incapacidad para gestionar los recursos recibidos para enfrentar al virus".

La regionalización no funciona. Punto. La idea de tener un país menos centralizado es un fracaso. Solo ha agregado a nuestra inmensa burocracia una capa adicional (grasa pura) y una fuente adicional de corrupción. Allí están los Álvarez, Moreno, Acurio, Santos, entre otros.

Los resultados son nefastos: corrupción, ejecución deficiente, duplicidad de funciones, paralización de proyectos, conflictos entre regiones, dispendio de recursos, entre otros. Solo ha dado tribuna a quienes buscan una carrera política y ese no es el bien deseado.

El COVID-19 ha desnudado hasta los huesos este proceso. Vemos gobernadores como el de Arequipa o Piura haciendo gala de su incapacidad para gestionar los recursos recibidos para enfrentar al virus y su nulo liderazgo para adoptar acciones contra este flagelo.

Lo de Cáceres Llica en Arequipa es pasmoso: un improvisado total, poco ilustrado, con serias acusaciones de violaciones sexuales y alcoholismo. Encima, frente a su incapacidad en la crisis, no halla mejor respuesta que sacar un comunicado en el que reclama que la Dra. Mazzetti los haya llamado al orden. Se siente un reyezuelo.

El gran “mérito” de este personaje es paralizar proyectos mineros en una región que crece por la minería, desentenderse de la sanidad pública, boicotear Majes II, promover huelgas o querer modificar los símbolos de la ciudad que más arraigo tiene con ellos. Da pena y rabia ver cómo un sujeto de tan baja estofa “gobierna” mi región y destruye mi ciudad.

Paremos este despropósito y repensemos un mejor esquema. Mucho ayuda el que no estorba y Cáceres Llica es el abanderado de los estorbadores.