Uno de los problemas que afrontamos los médicos cuando prescribimos medicinas es el compliance o cumplimiento de parte del paciente con el tratamiento. Como ejemplo podemos decir que prescribir una medicina 3 veces al día tiene mejor cumplimiento que 4 veces al día, como es el caso de los antibióticos. El medicamento ideal es aquel que se tome una o máximo dos veces al día, sea bien tolerado y con el mejor perfil de seguridad en cuanto a efectos secundarios, que todas las medicinas presentan.
Los pacientes con cefaleas no escapan a esta situación de cumplimiento. Hoy el tratamiento preventivo clásico debe darse 2 veces al día, y si necesita un segundo preventivo, se va complicando el cumplimiento del tratamiento. Hoy sabemos que la tasa de abandono del tratamiento preventivo para la migraña es de alrededor del 70% a los 12 meses, muchas veces por los efectos secundarios de los mismos: somnolencia, temblores, aumento de peso, mareos entre los más frecuentes.
Había que buscar una medicina efectiva, mejor tolerada y que se prescriba una vez al día al menos. Luego del descubrimiento del CGRP como causa de la cascada de eventos de la migraña, los investigadores se volcaron a buscar por ahí la solución.
Es así como hoy contamos con el llamado tratamiento específico para la prevención de la migraña. Este bloquea el receptor donde actúa el CGRP, o lo inhabilita, antes que pueda actuar.
Los primeros que salieron al mercado fueron los anticuerpos monoclonales. Son unas inyecciones que uno mismo se pone una vez al mes por vía subcutánea (en el abdomen) y su efecto dura 4 semanas. Son bastante bien toleradas y el problema más frecuente que presentan es estreñimiento. Estas inyecciones hay que mantenerlas en refrigeración, si no se desactiva el producto, lo cual puede ser un problema. Por otro lado, ¡no a todos les gusta pincharse una vez al mes!
El segundo grupo de medicamentos específicos son unas pastillas que bloquean el receptor del CGRP, a las cuales se les llama Gepants. Son de muy fácil uso, una tableta al día en caso del atogepant o una tableta interdiaria, como es el caso del Rimegepant. Este último lo tenemos en el Perú desde mayo del año pasado y tiene una buena aceptación entre los pacientes. Su efecto comienza a la semana a diferencia de las 3 a 4 semanas que debemos esperar con las medicinas clásicas.
Finalmente, insisto que el tratamiento preventivo, sea cual sea que usemos, debe ser bien explicado al paciente y marcar juntos las pautas sobre qué esperamos de él con respecto al número de días con migraña al mes. Lo ideal es 0, pero no es muy sencillo lograrlo. La falla al tratamiento muchas veces viene por ahí, no tenemos esa conversación.