El quinquenio perdido
El quinquenio perdido

La Guerra del Pacífico está por cumplir 140 años de haber concluido, pero hay cosas que no han cambiado: en la primera línea, peruanos (antes soldados, hoy personal de salud, policías, bomberos y también militares) mueren defendiéndonos de un enemigo común mientras unos cuantos políticos conspiran y sabotean ese sacrificio. Durante los años de guerra, entre 1879 y 1883, tuvimos seis gobiernos, todos, de alguna manera, enredados en casos de traición, corrupción y cobardía. En el momento más caliente, con el territorio peruano ocupado, en 1881, tuvimos tres presidentes. Guardando las distancias inevitables del tiempo, ¿qué tan distinto es ese pasado al terreno pantanoso en el que estamos estancados hoy?

Vacunagate es la cereza de la torta del último lustro, justo el previo al bicentenario, que la historia podría recordar como el “quinquenio perdido”. ¿Cómo contaremos estos años en el futuro? Un historiador no podría olvidar que Keiko no reconoció su derrota contra PPK y activó una guerra civil entre el Ejecutivo y Congreso. Tampoco podría dejar de lado que PPK indultó a Alberto Fujimori mediante un acuerdo bajo la mesa que terminó siendo la razón de su salida luego de que se conocieran los Mamaniaudios, sumado a Lava Jato, claro. En ese momento ingresó Vizcarra, quien, aunque fue parte de la operación keikista para la salida de PPK, no dudó en mirar para otro lado, convocar a un referéndum y, finalmente, disolver el Congreso.

Entró un nuevo grupo de legisladores que, a los meses, al ritmo de Richard Swing, le devolvió el porrazo a Vizcarra y colocó a un ilegítimo Merino en la Presidencia, quien, a su vez, no duró ni ocho días. Ahí le tocó a Sagasti hacerse cargo de una pandemia que iba matando a 100,000 peruanos. Mientras tanto, 500 personas, amigos entre sí, políticos, curas, empresarios y bien contactados, se vacunaban a escondidas.

Los historiadores no la tendrán fácil.

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