(Foto: AFP)
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Últimamente, se habla mucho de la discriminación, pero una forma de intolerancia que no se menciona lo suficiente en el Perú y América Latina es el antisemitismo.

Chile sigue sorprendiendo. Daniel Jadue, político del Partido Comunista que lidera las encuestas presidenciales, generó polémica el viernes pasado tras una declaración. Jadue sugirió que varios medios de comunicación han sido “comprados por la comunidad sionista”. Consecuentemente, muchas asociaciones judías acusaron a Jadue de incitar al odio antijudío.

Este camarada nos recuerda que actitudes antisemitas persisten en la región. Que los judíos son dueños de la prensa o que conspiran para controlar la sociedad son cuentos antisemitas propagados durante siglos. Asimismo, la connotación negativa que le asigna Jadue a la palabra “sionismo” es antisemita. El “sionismo” es una doctrina que defiende el derecho del pueblo judío a tener un Estado. No es una conspiración ominosa.

Además, no es la primera vez que Jadue es acusado de antisemitismo. También apoya el boicot de todo producto israelí. Esto en una época en que el antisemitismo ha repuntado a nivel mundial. El presidente francés, Emmanuel Macron, considera que el antisionismo es una forma moderna de antisemitismo. En Perú, el embajador israelí rechazó recientemente un incidente ofensivo contra la comunidad judía. Esperemos que el éxito de Jadue sea momentáneo, porque la prominencia de semejantes personajes envía un mensaje negativo en una región que tiene problemas graves de exclusión.

El antisemitismo es una de las formas de intolerancia más antiguas del mundo. En la lucha contra la discriminación, tomemos la oportunidad para deshacernos de este mal pernicioso.


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