Ortiz de Zevallos Olaechea. (Foto: Difusión)
Ortiz de Zevallos Olaechea. (Foto: Difusión)

Ortiz de Zevallos Olaechea, después del escándalo de una elección imperfecta, ilegítima, rapidísima y turbia, “el primo necio”, insiste en exigir que le tomen juramento como miembro del Tribunal Constitucional a toda costa. Esta desesperación y falta de dignidad tiene razones muy importantes que la motivan:

1. Es un auténtico escándalo que el primo hermano de este señor haya presidido el Pleno del Congreso en el que se hizo la votación express. Además, el expresidente del Parlamento nunca advirtió de este cercanísimo parentesco.

2. La votación se ha impugnado; por lo tanto, no se puede ver hasta el próximo Pleno, que tendrá que ser con el nuevo Congreso.

3. Según se puede ver en la edición de Perú21 de ayer, el CV del señor Ortiz de Zevallos Olaechea no tiene nada que ver con derecho constitucional; por el contrario, su experiencia laboral está más bien relacionada con el derecho financiero, comercial, corporativo y el arbitraje en la Cámara de Comercio de Lima.

4. No es constitucionalista.

5. Pero lo más grave es que representa intereses económicos relacionados con las inversiones en medios de comunicación en el Perú que pretenderían comprar medios del Grupo El Comercio.

Este último hecho expuesto en la edición de ayer de Perú21 enciende todas las alarmas, y explica su desatada insistencia en juramentar, a tal punto que un caricaturista lo describe en una carpa naranja instalada en las puertas del Tribunal Constitucional.

Es evidente que el primo necio sería un auténtico peligro en el TC, porque no es constitucionalista, sino que lo más grave es que representa intereses concretos que podrían tener interpretaciones equivocadas de la Constitución.