El peor año
El peor año

Para el Perú, 2019 es un año que pasará a la historia. No solo por la gran inestabilidad política e institucional, que terminó con el cierre de un Congreso detestable y con el Ejecutivo acaparando casi todos los poderes del Estado, sino porque también fue el peor año de la década respecto a crecimiento económico.

Inicialmente, se estimó que creceríamos alrededor de 4%, pero por malos manejos del Ejecutivo lo haremos apenas en 2.2%. Entre los factores que explican este exiguo resultado, destacó (i) dejar de ejecutar S/5,600 millones de inversión pública, (ii) postergar Tía María y (iii) la caída de adjudicaciones de Proinversión, de 22 proyectos en 2018 a solo ocho este año.

A pesar de que la desaceleración es cortesía del Ejecutivo, el presidente trata de tomarnos el pelo señalando –en tono conformista– que hubieran querido crecer sobre el 3%, pero que “si (nos) comparamos con países de la región, estamos muy por encima”. El detalle es que la región está experimentando el crecimiento más bajo de las últimas siete décadas, por lo que no es un gran mérito sobresalir en Latinoamérica.

Crecer es importantísimo, porque es lo que permitió reducir enormemente la cantidad de pobres en el Perú. Gracias a que crecimos anualmente 5.7% en promedio entre 2004 y 2016 se explica la reducción de la pobreza de 58.7% a 20.7% en aquel periodo de tiempo, lo cual benefició a 9.6 millones de peruanos.

Lamentablemente, la ministra de Economía no está teniendo en cuenta que cuando la pobreza cae por debajo del 30%, los avances se vuelven lentos y se requieren cada vez más esfuerzos, por lo que prescindir del crecimiento termina siendo una locura. Para ella, crecer al 1% sería suficiente.

TAGS RELACIONADOS