Por: Mauricio Aguirre

Se acaban de publicar las primeras medidas para la tan esperada reactivación económica, que será gradual y chequeada con lupa para evitar que afecte lo más importante, el control de la propagación del virus. Sin embargo, hay otra pregunta que dentro de la emergencia pasa desapercibida, pero que es igual prioridad uno para nuestro futuro en el 2021 y en los años que vendrán. ¿Cuándo reactivamos la política?

Estamos en el día 50 de la cuarentena y nos preguntamos, ¿dónde están los partidos políticos? Más allá de esporádicas intervenciones de sus líderes, hasta ahora no hemos visto a los partidos ponerse al frente de la crisis con propuestas integrales que sean un aporte serio e importante para enfrentar la pandemia.

Los desafíos que se vienen son grandes y cruciales para los próximos años. Por lo que hemos visto hasta ahora del Congreso, las elecciones del 2021 es muy probable que sean con las mismas reglas que las anteriores, y con los líderes-dueños eternos de los partidos decidiéndolo todo.

Los partidos políticos en el gobierno siempre nos vendieron que el buen rumbo de nuestra economía derrotaba todos nuestros males, tanto que hasta queríamos codearnos con los bacanes del barrio en la OCDE. El COVID-19, sin embargo, nos ha estrellado de narices contra nuestras propias miserias.

Ya lo sabíamos, pero no nos habían tocado tan de cerca. La salud y la educación son un desastre y las desigualdades sociales siempre las escondimos debajo de la alfombra. En todos estos años, no hemos tenido partidos políticos que caminen hacia el bien común.

Y es justamente ahí donde debe apuntar la reactivación política. Si no estaremos irremediablemente enfrentados al otro virus, que seguramente no será letal en lo inmediato, pero que nos irá matando de a pocos si no encontramos, y ya, la vacuna correcta.