(Mininter)
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El ministro del Interior, Carlos Morán, apareció en los medios e hizo una serie de importantes anuncios:

“Hemos decidido (por fin) atacar frontalmente a la delincuencia. Estamos creando cuerpos especializados de la Policía que combatan grupos de personas que hemos identificado les gusta delinquir.

Uno primero se encargará de investigar y capturar a los afroperuanos y otros afrodescendientes, pues suele vinculárseles con la comisión de diversos delitos. También se encargarán de investigar a los inmigrantes del interior del país, quienes llegan a Lima sin recursos y por eso son propensos a organizar actividades criminales.

Esto se suma a la decisión de contar con una brigada especial para investigar a extranjeros, en especial venezolanos, pues es público que cometen muchos delitos. Solo les vamos a dejar dos caminos: o irse del país o ir a la cárcel. Y les advertimos. La Policía usará sus armas contra los extranjeros que se les enfrenten.

Esta brigada —complementó el ministro— será un equipo de élite, que emulará grupos como Los Magníficos, Los Intocables, Misión Imposible (IMF) o Los Ángeles de Charlie. Contarán con habilidades especiales para enfrentar a estos tipos particulares de criminalidad. Hemos decidido bautizar a este grupo especial como El Escuadrón X”.

¿Cuál es la buena noticia de estas “declaraciones” del ministro?: son un mero ejercicio de ficción. La mala noticia: no son tan de ficción, pues sí ha decidido crear una brigada especial antivenezolanos. Y ha salido, muy suelto de huesos, a anunciarla a los cuatro vientos.

Comencemos por el principio. Si un extranjero comete un delito, debe de ser sancionado. Eso está fuera de discusión. Nadie quiere defender un derecho a la inmunidad por ser extranjero. Ya bastante tenemos con la inmunidad de los congresistas quienes posiblemente sí merezcan la constitución de una brigada especial.

Pero uno no puede cerrar los ojos a que la inmensa cantidad de delitos en el Perú los cometen peruanos y que la inefectividad del gobierno para proteger a los ciudadanos no puede ser atribuida a la inmigración venezolana, salvo que se quiera caer en argumentos similares a los que fueron usados por el nazismo para atribuir a los judíos la causa de todos los males en Alemania.

La razón por la que no se puede crear una unidad especial de investigación policial para los venezolanos que inmigran al Perú es la misma por la que no se puede crear una unidad policial especial para los afrodescendientes, los inmigrantes que llegan a Lima o los judíos: vulnera sus derechos fundamentales. Los discrimina por una causa prohibida por la Constitución (artículo 2): “Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole.” Y “origen” incluye nacionalidad.

Es muy lamentable que un ministro, además encargado del sector que asegura el Estado de derecho y la legalidad, se deje arrastrar por el populismo mediático, atropellando la Constitución y la dignidad de las personas, tratándolas como si haber nacido en Venezuela los hace propensos a cometer delitos.

Y es que la X en Escuadrón X significa Xenofobia, una de las expresiones de ataque a la dignidad que nos hace más indignos como seres humanos.

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