Por Karla Lucía Verástegui Castro, gerente de Innovación e Impacto Social en Aporta, plataforma de innovación e impacto social de Breca.
La lucha contra la anemia empieza incluso antes del nacimiento. ¿Por qué es crucial enfrentar esta condición en mujeres embarazadas? Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la anemia durante el embarazo incrementa los riesgos de aborto espontáneo, muerte fetal, partos prematuros y bebés con bajo peso al nacer. Estos riesgos no solo afectan la salud de la madre, sino que también comprometen el bienestar futuro del niño.
En Perú, esta problemática es particularmente grave. La última Encuesta Nacional de Demografía y Salud (ENDES 2023) revela que el 43,1% de los niños peruanos de 6 a 35 meses sufren de anemia. Este dato no solo refleja un problema de salud pública, sino una amenaza al desarrollo integral de las futuras generaciones.
Investigaciones de prestigiosas instituciones científicas subrayan que la falta de hierro en la sangre tiene un impacto directo y decisivo en el desarrollo neurológico de los niños, además de afectar su salud general. Las madres lactantes también enfrentan un alto riesgo de anemia, ya que pierden reservas de hierro mientras aseguran que sus hijos reciban los nutrientes necesarios a través de la leche materna.
Por ello, el Ministerio de Salud del Perú ha incorporado en la atención prenatal medidas para prevenir la anemia, como la suplementación con hierro y ácido fólico, además de un diagnóstico temprano a través de análisis de hemoglobina.
Recientemente, visité distritos rurales de Puno para participar en los talleres de proyectos organizados por Aporta, la plataforma de innovación e impacto social de Breca. Fue evidente la importancia de este problema. En estos talleres, que contaron con la participación de actores comunitarios y representantes locales de agencias gubernamentales, todos coincidieron en la urgencia de priorizar el abordaje de la anemia tanto en los niños como en las madres gestantes. Puno es una de las regiones más afectadas.
Según la ENDES 2023, más del 60% de los niños de entre 6 y 35 meses de edad en esta región sufren de anemia. Esto significa que 6 de cada 10 niños puneños no están logrando un desarrollo adecuado. Ante esta situación, queda claro que aún hay mucho por hacer.
La OMS recomienda fortalecer la identificación, medición y comprensión de la anemia entre las mujeres en edad reproductiva, como una medida esencial para mitigar sus efectos. Otro punto crucial es la colaboración entre los sectores público y privado, creando un compromiso financiero que garantice la sostenibilidad de los programas de lucha contra la anemia.
Además, la inclusión de sectores clave como agricultura, educación, producción y vivienda, especialmente en lo que respecta a la calidad del agua, puede generar acciones más integrales y efectivas. Es esencial medir los resultados de estas intervenciones para asegurarnos de que las inversiones estén logrando el impacto deseado. El análisis de datos debe ser una prioridad para evaluar si realmente estamos avanzando en la lucha contra la anemia. La articulación entre los sectores público y privado, sumada a la participación de la academia, puede ser la clave para enfrentar de manera efectiva un problema tan complejo.
Dado que Perú es un país diverso, soluciones innovadoras, con un enfoque centrado en la comunidad, podrían generar resultados prometedores. Solo pensando fuera de lo convencional podremos lograr que más peruanos, especialmente los más jóvenes, disfruten de una vida plena y saludable.