El endiosado imperio de la calle

Observando ayer la situación, la TV y alguna portada desubicada, cada vez me convenzo más de que varios hechos acaecidos años atrás tuvieron repercusiones mediáticas e ideológicas que nos han llevado a esta pesadilla: las prematuras muertes de líderes periodísticos y gremiales –dos que sí la tenían muy clara– como Fritz Du Bois (EC) y Julio Favre (Confiep), los ingresos de la periodista colombiana Clara Elvira Ospina a América TV y del grupo Enfoca a Latina y la fallida –por culpa de este Papa peronista– recuperación de la PUCP de manos de la caviarada.

Estas dos ausencias, estas dos presencias y ese poderosísimo foco universitario de poder y adoctrinamiento caviar han tenido efectos muy, muy relevantes.

Ojo, que esto lo aquilato en su debida medida, pues también reparo en que han existido factores más importantes, como la corrupción brasileña e institucional a todo nivel, el COVID-19, la bronca Ejecutivo-Congreso, la necedad de PPK, la estupidez de Keiko, la perfidia de Vizcarra y de su maldito asesor Maximiliano Aguiar, la politización agresiva y el exhibicionismo de la Fiscalía, las manipulaciones del IDL, la impresionante fuerza de las redes sociales para agitar y confundir, lo muy mal que el “electarado” elige a Congresos desastrosos, etc…

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El resultado hoy es que tenemos a un Estado muy frágil frente a un imperio de la calle por turbas juveniles, por muchedumbres endiosadas, azuzadas y empoderadas por los medios, por masas de chicos que hace no mucho, en programas de televisión, confundían a Grau con Mulder y a Velasco con Hitler en retratos o que apenas identificaban quién es Abimael Guzmán, pero que ahora los muy huachafos les tildan ampulosamente de “Generación del Bicentenario”, cuando el 90% de esos manifestantes ni saben quiénes fueron o hicieron La Mar, Balta, Piérola, los Pardos, Bustamante, Leguía etc… Trágico, todo trágico.

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