Durante años, los científicos han buscado la cura de la migraña, sin suerte hasta el día de hoy. Sin embargo, mucho se ha avanzado entendiendo la causa, lo que los ha llevado a desarrollar medicinas diseñadas para contrarrestar el lugar donde inicia el problema: el receptor del CGRP.
No es infrecuente que escuchen, ustedes amables lectores, o escuchemos nosotros en el consultorio, que un médico les curó la migraña con un tratamiento especial. ¿Qué hay de cierto en todo esto?
Como hemos venido conversando, la migraña es una enfermedad crónica como la hipertensión arterial, el asma o la diabetes mellitus que, como toda enfermedad crónica, no se cura pero se controla.
Identificados como la causa más importante de la generación de los ataques de migraña en la mujer, están los cambios súbitos en los niveles de estrógenos. Estos se dan en dos oportunidades durante el ciclo: al ovular (sube rápidamente) o durante la menstruación (caen rápidamente). Mientras esté el nivel de estrógeno constante, no hay dolor. Es por ello que durante el embarazo donde los niveles de estrógenos son constantes, las migrañas tienden a disminuir o desaparecer.
Cuando una paciente tiene exclusivamente dolor en estos dos momentos del mes, se le denomina migraña menstrual. Si tiene dolor además en otros días del mes, la llamamos migraña asociada a la menstruación.
¿A qué viene toda esta introducción y la cura de la migraña? Conforme avanzan las pacientes en edad, la menstruación deja de venir y pasan las pacientes a otro estadio llamado menopausia. Es aquí donde los niveles de estrógenos comienzan a caer a niveles muy bajos. Entonces, en esta etapa de la vida, se pueden dar hasta tres fenómenos.
Aproximadamente un 50% de las pacientes notan disminución en la frecuencia e intensidad de las migrañas. Ya no son tan debilitantes como en la juventud, pero siguen viniendo con todas las molestias que acarrea tenerlas. Un segundo grupo de alrededor del 25% de estas pacientes, lamentablemente notan que incrementa la frecuencia de los episodios y la intensidad. ¿Por qué pasa esto si hay menos estrógenos? Recuerden, los disparadores o gatillos de la migraña son varios: cambios en el estado del ánimo, estrés, alteración en el patrón de sueño, comorbilidades: no solo son las hormonas.
Finalmente, un 25% (especialmente las pacientes que tenían migraña asociada a la menstruación) dejan de tener episodios de migraña. La vida les cambia ante esta nueva realidad que las tiene libres de dolor. Entonces le dan gracias (y recomiendan) a todo lo que puedan imaginar: el tratamiento del Dr. Oz, el magnesio que le recomendó la amiga, la velita a San Antonio o sus recientes clases de Reiki.
Como verán, no fue el Dr. Oz, fue la sabia naturaleza que ayudó a ese 25% de pacientes.