El 2020 no está perdido
El 2020 no está perdido

Cada vez queda más claro que tomará algún tiempo volver a las aulas. La educación a distancia llegó para quedarse este año y se ha instaurado nuevas dinámicas en los procesos de aprendizaje de nuestros estudiantes, en los procesos de capacitación de los docentes y en la participación de las de familias. Las herramientas y procesos de aprendizaje han cambiado más no los objetivos.

Frente a este reto, han surgido voces que señalan que, ante la crisis sanitaria, lo que corresponde es la cancelación del año escolar pues consideran que es un año perdido. ¿Es ese el enfoque adecuado?

Si bien los estudiantes y docentes ya no se encuentran en las aulas y podemos tener una primera sensación de incertidumbre, esta es una gran oportunidad no solo para aprender temas cognitivos, sino otros aspectos emocionales. Estamos desarrollando la capacidad de adaptarnos a un nuevo entorno. Estudiantes, docentes y padres de familia siguen apostando por el aprendizaje y han ido descubriendo nuevas maneras de conectarse.

Los niños y jóvenes, grandes protagonistas de esta historia, están ganando más autonomía, autorregulación, empatía y casi de manera natural, están desarrollando resiliencia en dosis inimaginables. Es imposible pensar que sea un año perdido cuando han incorporado a su proceso de formación, aprendizajes de esta índole. La educación no se debe medir por las horas en las que un estudiante está sentado en un aula, sino por la relevancia de los aprendizajes.

A pesar de esta dura crisis, seguimos aprendiendo, no solo lo estudiado en clases, sino otros aprendizajes que nos sirven para adaptarnos a nuevos escenarios. No debemos dejar pasar esta oportunidad.

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