"Está demostrado científicamente (...) que lo único que reduce sustancialmente las hospitalizaciones, los ingresos a UCI y las muertes es la vacuna. Y los congresistas elegidos por el voto popular deberían dar el ejemplo a la ciudadanía". (Foto: FRANCISCO NEYRA / GEC)
"Está demostrado científicamente (...) que lo único que reduce sustancialmente las hospitalizaciones, los ingresos a UCI y las muertes es la vacuna. Y los congresistas elegidos por el voto popular deberían dar el ejemplo a la ciudadanía". (Foto: FRANCISCO NEYRA / GEC)

Otra vez el país en alerta ante una nueva arremetida del patógeno, esta vez por una tercera ola que –aunque no llega a declararse del todo, tampoco se ha alejado por completo– podría alzarse con mayor fuerza debido a la malhadada variante , que ya desembarcó en el Perú.

Los nuevos casos de COVID detectados en el Congreso, que por el momento ya han alcanzado a dos parlamentarios y a empleados de varios despachos legislativos, deben llamar a la reflexión. No solo porque hace poco se supo que seis ‘padres de la patria’ se niegan a inmunizarse y pese a ello acudían a los plenos, sino también porque justamente nos encontramos en el punto de inflexión de una amenaza que en cualquier momento podría materializarse en la vuelta al desastre sanitario que los peruanos parecían haber dejado atrás.

Hizo bien la Mesa Directiva, que preside Maricarmen Alva, en ponerse estricta e impedir el ingreso al hemiciclo a los representantes, asesores y al personal auxiliar si no acreditan su inoculación. Está demostrado científicamente y con datos de los centros médicos del Perú y del mundo que lo único que reduce sustancialmente las hospitalizaciones, los ingresos a UCI y las muertes es la vacuna. Y los congresistas elegidos por el voto popular deberían dar el ejemplo a la ciudadanía.

Basta echar una mirada en el espejo europeo, donde ya parecen enfilarse hacia una quinta ola de contagios –impulsada no tan soterradamente por la veloz expansión de la nueva cepa–, para comprobar que las advertencias de los especialistas no estaban nada lejos de la verdad.

España ha vuelto a la obligatoriedad de las mascarillas en espacios exteriores; importantes ciudades de Austria, Alemania y los Países Bajos están bajo confinamiento total hasta mediados de enero; en Italia se acaban de encender las alarmas, y el Reino Unido ya entró en una nueva crisis de infecciones que ha obligado a imponer medidas restrictivas drásticas para evitar que se siga propagando el virus.

Estemos pues atentos, vacunados y evitemos desbandarnos en estas fiestas. El monstruo sigue allí afuera, la amenaza está lejos de haber desaparecido. Prohibido bajar la guardia.