Modelos de quiebre (AFP)
Modelos de quiebre (AFP)

La situación económica en Bolivia está mostrando signos de avanzado deterioro debido, entre otros factores, a la receta errónea aplicada por Evo Morales desde que su partido llegó al poder, con medidas populistas y contrarias a los lineamientos de una economía sana.

Y Argentina, que ha tenido la mala suerte de tener gobernantes del mismo corte populista, ya viene padeciendo hace años una crisis terrible, que ha llevado al país a registrar en los últimos días una inflación récord. Ni siquiera cuando un empresario populista de derecha como Mauricio Macri –envuelto hoy en una serie de investigaciones y procesos por corrupción– fue elegido presidente, se logró revertir ese estado de la economía.

En Bolivia la población está acudiendo masivamente a los bancos por estos días, a sacar dólares ante la información que se filtró, sobre un descenso dramático de las reservas internacionales del país altiplánico.

Como bien declaró a Perú21 el exdirector del Banco Central de Bolivia, José Gabriel Espinoza, “gran parte de la caída de las divisas de las reservas internacionales tiene que ver con demandas del sector público”. Es decir, el Estado estuvo gastando más de lo que debía y podía para tener contenta a la ciudadanía.

Espinoza explicó que, hasta mediados de 2022, las exportaciones de la empresa petrolera estatal permitían cubrir la importación de hidrocarburos. No obstante, la producción disminuyó debido a que se dejó de invertir en nuevas exploraciones. Con lo cual los ingresos por la exportación de gas, principal sostén del país, se redujeron.

En Argentina las cosas no van mejor. Con el peronismo kirchnerista entrando y saliendo del poder luego del colapso económico y político del 2001, que terminó con el presidente De La Rúa huyendo en helicóptero de la Casa Rosada, los argentinos han vivido en una montaña rusa que no tiene cuándo terminar.

Aunque el FMI les acaba de conceder un préstamo de 44 mil millones de dólares, su índice inflacionario ya superó el 100% anual. Muy lejos del estimado –bastante alto, por lo demás– de 60%, con el que ofreció cerrar el año el presidente Alberto Fernández.

Bolivia y Argentina: dos gobiernos populistas de similar calado demagógico que demuestran, una vez más, que el suyo es un modelo económico largamente periclitado.

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