Juan Silva es la pieza inamovible del gabinete de Pedro Castillo.
Juan Silva es la pieza inamovible del gabinete de Pedro Castillo.

¿Cuánto le cuesta al Perú un ministro como Juan Silva? No hablamos únicamente de su remuneración, de S/30,000 mensuales, sino del costo que tiene para el país la informalidad que promueve desde el MTC, con iniciativas como el empadronamiento de los taxis colectivos.

Según estimaciones de la Asociación Automotriz del Perú, en 2019 la informalidad le costaba al país S/30,000 millones anuales. Si la suma ya parece descabellada, el dinero no solo sale de los impuestos que pagan los ciudadanos, sino también del tiempo de los contribuyentes –cientos de miles de horas-hombre, horas productivas o de vida perdidas en los traslados de un lugar a otro– y en especial de quienes menos tienen.

Expertos en el tema, como el presidente de la ONG Luz Ámbar, Luis Quispe Candia, explican que, si bien una persona promedio pierde 2 horas diarias adicionales en traslados debido al tráfico, trasbordos y largos períodos de espera en los paraderos, la pérdida es mayor para quienes viven en distritos alejados de sus centros laborales, pues incluso hacen 2 o 3 trasbordos para poder llegar a destino.

La solución para este viejo, endémico drama social sería la formalización y el desarrollo de un sistema integrado de transporte masivo, pero la evidencia indica que para Silva –quien cuenta con el apoyo no solo del presidente Castillo, sino también de poderosos lobbies en el Congreso– esta es la menor de sus preocupaciones. Porque lo suyo es proteger a como dé lugar a los enemigos de la formalidad y la ley en las pistas, es decir, los nefastos, sangrientos negocios de los transportistas informales, que tantas muertes y daños físicos y materiales causan en el Perú.

La tarea principal del MTC es defender los intereses de la población y el planteamiento de soluciones de transporte público y privado que beneficien la productividad del país, sin afectar la seguridad de la ciudadanía. Sin embargo, tenemos a un ministro que ha convertido su cartera en bastión de colectiveros sin control, transportistas inescrupulosos y empresas que lucran con la necesidad de millones de peruanos en busca de movilizarse a sus centros de trabajo o a sus hogares.

Entre tanto impresentable integrando los sucesivos gabinetes que ha tenido el gobierno, Silva hasta ahora ha logrado “pasar piola”, como se dice, pero esto debe parar hoy mismo