Pedro Chávarry mantiene una relación tensa con fiscales del equipo especial y las fiscales a cargo de la investigación a 'Los Cuellos Blancos del Puerto'. (Foto: GEC)
Pedro Chávarry mantiene una relación tensa con fiscales del equipo especial y las fiscales a cargo de la investigación a 'Los Cuellos Blancos del Puerto'. (Foto: GEC)

Como en las peores épocas del fujimorismo, en que se tomaban decisiones entre gallos y medianoche, en las últimas horas del año, el fiscal de la Nación, Pedro Chávarry, decidió retirar al fiscal superior Rafael Vela de la coordinación del Equipo Especial Lava Jato, y también al valiente fiscal José Domingo Pérez. Es el final de una historia que veíamos venir los peruanos. En reemplazo de Vela, ha colocado a Frank Almanza, que es un fiscal superior provisional y que deberá su designación a Chávarry. ¿Volvemos a las épocas de Blanca Nélida Colán?

Chávarry ha puesto como pretexto para el relevo que los fiscales mencionados habían entrado en claro desobedecimiento, sobreexposición y que incluso habían cuestionado su elección como fiscal de la Nación. Sin embargo, cabe señalar que fue la ciudadanía, directamente y a través de encuestas, la que criticó su elección por su participación en los audios de la vergüenza, que evidenciaban su gran cercanía con el destituido juez supremo César Hinostroza, acusado de ser el cabecilla de la mafia Los Cuellos Blancos del Puerto, y también con el fujimorismo.

Desde su juramentación, la asociación de Chávarry con el fujimorismo era más que evidente. Con la difusión de los chats de La Botica, pudimos comprender por qué la desesperación de Fuerza Popular para que el presidente del Parlamento, Luis Galarreta, estuviese en la ceremonia de juramentación. Era de vida o muerte para el futuro judicial de Keiko Fujimori, investigada precisamente por ese equipo de magistrados independientes.

“Corresponde resistir, es un asunto de supervivencia, además los que están informados (me refiero al pueblo) están con Chávarry”, señaló Rosa Bartra en el chat. Y vaya que era un asunto de supervivencia. Y quizás ese apoyo y blindaje que le dio Fuerza Popular (y el Apra) al fiscal de la Nación, que se tradujo en esconder debajo de la alfombra todas las acusaciones que habían contra él en el Congreso, se lo recordó Bartra cuando fue a visitarlo en la sede del Ministerio Público, hace unos días, de manera secreta, pues no registró su visita.

Las rutas, pues, iban en sentidos opuestos. El equipo especial investigando a todos los presuntos beneficiados del dinero ilegal recibido de las empresas brasileñas, sin importar quién sea, y el fiscal de la Nación cuestionando lo que ellos hacían. Es un duro golpe para la lucha contra la corrupción.

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