(Foto: AFP PERU-SHINING-PATH-GUZMAN-TRIAL)
(Foto: AFP PERU-SHINING-PATH-GUZMAN-TRIAL)

El cabecilla ha dejado de existir, pero queda su oscuro legado de terror y fanatismo político, encarnado en columnas narcoterroristas que operan en el Vraem y en sus “organismos generados”, Movadef, Conare y ahora Fenate, que conviven con el gobierno de Pedro Castillo y el partido oficialista, Perú Libre.

Ha muerto el mediocre, pero destructivo ideólogo y el sanguinario líder que, una vez capturado, se rindió con ridícula rapidez a cambio de ciertos favores carcelarios y que no dudó en posar con toda su plana mayor para anunciarlo, a pedido de la dictadura fujimorista y Vladimiro Montesinos. Lo que comienza con la incineración y desaparición de sus restos físicos es, sin embargo, otra historia. Porque la lucha contra el fanatismo extremista está lejos de haber concluido

El peligro es que la labor de inteligencia para enfrentar todo vestigio del terrorismo está ahora en manos de una DINI totalmente controlada por un gobierno plagado de personajes siniestros y de cuestionadas trayectorias. Muchos de ellos simpatizantes de la subversión senderista y algunos incluso abiertamente vinculados a sus organizaciones de fachada. Toda la información policial compilada hasta el momento sobre posibles actividades sediciosas en el Perú corre un riesgo enorme.

MIRA: A la sombra del dictador

La lucha contrainsurgente no puede cesar con la desaparición de este nefasto cabecilla, ni limitarse solo a lo militar, sino, por el contrario, urge que los poderes del Estado estén más alertas que nunca para derrotar a sus huestes, tanto política como ideológicamente. Las ideologías extremistas son enemigas mortales del estado de derecho, pero también de la modernidad y el progreso, y siempre podrán batir alas aprovechando las oportunidades que le presenten los conflictos sociales que cada cierto tiempo ponen en evidencia las brechas económicas y culturales que arrastra el país, y que, desde principios de siglo, mal que bien, se comenzaban a cauterizar.

Con este gobierno, sin embargo, no se puede contar para continuar en esa senda, ya que el propio partido oficialista ha demostrado estar más interesado en minar que en defender lo único que nos puede sacar del atraso sempiterno y de las profundas desigualdades que dividen al país: es la democracia y la libertad.

VIDEO RECOMENDADO

Matrix Resurrections, analizamos el tráiler
En esta edición de #Fans21 Lorena y Álvaro analizan el último tráiler de #MatrixResurrections