Economía popular de mercado
Economía popular de mercado

Con la publicación por parte del INEI del reporte titulado “Resultados de la Pobreza Monetaria en el Perú 2023″, podemos sacar conclusiones muy importantes para el futuro económico y social de nuestro país.

La primera es que el caos político en el que vivimos, al menos desde 2016 (con la renuncia de PPK para evitar una vacancia carente de fundamento), sí se traslada en el desempeño de nuestra economía. El triunfo del detenido por acusaciones de corrupción y golpista efímero, Pedro Castillo, fue el punto más álgido de un largo y lento proceso de descomposición política que terminó por colapsar la inversión privada (que ya venía ralentizándose en su crecimiento desde hace mucho tiempo), provocó una estampida de capitales y devino en una enorme depreciación del sol frente al dólar.

La sucesión constitucional de Castillo, la Sra. Boluarte, con su inoperante desempeño en el ejercicio del gobierno y turbio proceder, ha demostrado ser —en esencia— más de lo mismo. La clase política ha resultado muy cara para nuestra economía, sobre todo para la economía familiar y empleo de los más pobres y vulnerables de nuestra sociedad.

Como era previsible, los resultados del informe del INEI son desoladores. Atrás han quedado los años en los que el Perú reducía la pobreza del 60% de la población al 20% en el lapso de 15 años. Hoy, a pesar de los extraordinarios precios de los metales y términos de intercambio en general, la pobreza pasó de 27.5% al 29% de la población.

Actualmente, 9 millones 780 mil peruanos son pobres (596 mil más que en 2022), es decir, con un ingreso inferior a los S/446 por mes, por persona. La pobreza extrema, o sea, los peruanos que sobreviven con S/251 por persona al mes o menos, afectó al 5.7% de la población: 1 millón 991 mil ciudadanos, 249 mil más que en 2022.

Por si esto fuera poco, 31.4% de la población, más de 10 millones y medio, vive en situación de vulnerabilidad monetaria y corre el riesgo de caer en situación de pobreza como resultado de algún deterioro en las condiciones de la economía.

El exministro de Economía David Tuesta señala que, si crecemos al 3% anual, nos tomará 20 años en tener el nivel de pobreza monetaria que teníamos justo antes de la pandemia. Si crecemos al 6%, nos tomará 10 años en lograrlo.

Hemos tirado a la basura años de sostenida reducción en los niveles pobreza y pobreza extrema. Tenemos que impulsar una revolución por el crecimiento económico y la proliferación de la economía popular de mercado, siendo esta última una condición indispensable para que el crecimiento económico sea sostenido política y socialmente hablando.

La necesidad de extender por todo el Perú la economía popular de mercado, derrumbando las barreras que excluyen a millones de peruanos de disfrutar de los beneficios del capitalismo, es una labor impostergable. Una revolución en la inversión privada, infraestructura, salud, educación y seguridad ciudadana es el pilar que lo hará posible.