Economía. (GettyImages)
Economía. (GettyImages)

Este año, por tantas disputas entre los poderes del Estado, el procesamiento de varios líderes políticos por presuntos casos de corrupción y el bendito referéndum, se descuidó el desempeño económico. Por ello, con suerte, creceremos debajo del 4% (BCRP); suerte que puede que no nos acompañe en el futuro, debido a los riesgos globales y la falta de proactividad nacional. Veamos.

Algo que debemos considerar es la advertencia que lanzó hace poco el economista Nouriel Roubini, quien predijo con éxito la crisis financiera de 2008 y su recesión. Roubini considera que en el mundo se está gestando la tormenta perfecta, que activará la próxima recesión y crisis global entre 2019 y 2020.

Lo grave es que, a diferencia de 2008, las potencias económicas (EE.UU.
y Europa) no tendrán las herramientas necesarias para evitar cualquier derrumbe descontrolado. Esto porque la política fiscal queda descontada de plano porque el nivel de endeudamiento de aquellos países supera el 100% del PBI, y los banqueros centrales ya no podrán aplicar más políticas “no convencionales”. Las autoridades estarán atadas de manos.

En tanto, el Ejecutivo espera a que la economía nacional se reactive sola. Si no fuera así, la inversión pública del gobierno nacional no se hubiera contraído en 10.4% en el último trimestre. Esta falta de proactividad impactó en la confianza empresarial, que está en su nivel más bajo de los últimos tres meses. Esto generó una caída en la inversión privada de 1.4%, por la contracción de la inversión no minera (IPE).

Ya quedó clara la capacidad de manejo político del presidente Vizcarra y su entorno. Sin embargo, en materia económica han dejado mucho que desear. Si esto no se revierte el siguiente año, enfrentaremos un panorama desalentador.

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