El FMI recortó la previsión de crecimiento para Latinoamérica a 1.2% en 2018 y 2.2% en 2019. (Foto: USI)
El FMI recortó la previsión de crecimiento para Latinoamérica a 1.2% en 2018 y 2.2% en 2019. (Foto: USI)

Sabemos que la economía peruana se basa en el libre mercado y en la apertura al exterior. Además, es pequeña, pues genera 0.34% de la producción mundial. Por esto se ve afectada por las condiciones económicas del entorno externo. Crecemos cuando es favorable y entramos en problemas en el caso contrario. Aquí aparecen dos factores que tendrán relevancia en 2019.

Primero, los aumentos en la tasa de interés de la Reserva Federal (FED o banco central de EE.UU.). El impacto viene por tres canales. Por un lado, será más caro para las entidades financieras tomar préstamos de afuera y así se mantendrán los aumentos en las tasas de interés internas. Por otro, se desacelerará el crecimiento mundial y de la demanda de lo que producimos. Por último, una característica de nuestra economía es que cada vez que sube la tasa de interés de la FED, salen dólares y su menor cantidad eleva el tipo de cambio. Lo último puede ser enfrentado por el BCRP con la venta de dólares.

Segundo, la guerra comercial entre EE.UU. y China. Pese a que en la última reunión del G20 acordaron una tregua, es probable que luego se retomen alzas de aranceles por parte de ambos. El resultado será un freno a la economía global y el aumento de la incertidumbre financiera. Los impactos surgirán por la menor demanda de metales desde China y de exportaciones no tradicionales por parte de EE.UU. La incertidumbre y las caídas de la bolsa de valores de EE.UU. y los colapsos de los precios de monedas digitales podrían hacernos pensar en escenarios más complejos.

Solo me refiero a dos factores, ambos externos. Proyectar en economía es complejo, pues nadie conoce el futuro y juegan muchas variables; no obstante, las dos tendencias difícilmente se van a revertir.

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