La llegada al gabinete de dos profesionales de destacada trayectoria en sus sectores, como son Rómulo Mucho Mamani en el Ministerio de Energía y Minas (Minem), y José Arista Arbildo en el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), ha sido una buena noticia en el recambio ministerial producido el martes.

Los expertos no han dudado en resaltar los logros de estos dos profesionales al recibir y saludar la confirmación de sus nombramientos. De Arista se sabe que es un técnico muy cuidadoso del equilibrio fiscal, algo que se le escapó a su antecesor, así como su muñeca política, que seguramente necesitará para coordinar con alcaldes y gobernadores y ver cómo mejorar el nivel de ejecución de gasto y hacerlo más eficiente.

Si Contreras al despedirse –”Cierro este ciclo en el MEF con mucha alegría, de dejar una economía recuperada”– volvió demostrar que vivía en la luna de Paita, con Arista, por lo pronto, tendremos un ministro con los pies sobre la tierra.

Rómulo Mucho, por su parte, en las primeras entrevistas que ofreció luego de asumir la cartera del Minem, marcó, como se dice, la cancha. Dejó en claro cuáles eran sus prioridades y que las cosas iban a cambiar. Desde el destrabe de proyectos hasta una invocación a que Tía María se cristalice, pasando por el dolor de cabeza de Petroperú, entidad para la que ha planteado un directorio independiente y que deje de generar las cuantiosas pérdidas que causa al país.

Recordemos que solo en el primer trimestre de 2024, según han expresado altos funcionarios del Minem, el Gobierno espera autorizar proyectos mineros por al menos 3 mil millones de dólares. Y para el resto del año debería aprobar iniciativas similares por otros 2,500 millones.

Este refresco del gabinete era un clamor ciudadano. A pesar de que han eludido de la purga a ministros tan cuestionados como el del Interior, cuya patente inoperancia hace inexplicable que haya sido premiado con la permanencia en el cargo, tenemos ya a dos cabezas pensantes y con experiencia ejecutiva en los altos mandos de dos sectores esenciales para la recuperación económica del país.

Cabe esperar que sus gestiones reciban el apoyo tanto de Palacio como de sus colegas en el consejo de ministros. Es hora de abandonar el piloto automático y poner manos a la obra.