(GEC)
(GEC)

La quincena de agosto llega con un segundo pico de contagios que oficialmente es peor que el primero. La semana que termina ha sido la más letal de todas, con más casos y muertes acumuladas. De acuerdo a la Universidad John Hopkins, somos el país con mayor número de muertes por COVID por millón de habitantes en Latinoamérica y el Caribe, incluidos los enormes Brasil y México, donde sus gobiernos han hecho poco o nada para combatir la pandemia.

Desde hace semanas, en Perú registramos más de 200 muertes al día y oficialmente tenemos cerca de 22 mil muertos acumulados, pero para la ministra Mazzetti, la cifra real estaría por los 47 mil. Mientras tanto, el factor R, que mide el número potencial de cuántas personas pueden ser contagiadas por un portador del virus, está bordeando nuevamente el temible número dos. Eso sin contar que cerca de 9 millones de personas han perdido su trabajo, lo que quiere decir que casi uno de cada tres peruanos están desempleados. Como ven, estamos bastante peor que meses atrás cuando le prestábamos mucha más atención al avance del virus.

En este contexto, debería darnos vergüenza que el gobierno tenga que insistir con que las parrilladas familiares y fiestas son una pésima idea. Ya todos sabemos que ahí se generan contagios y posibles muertes. ¡Como si no hubiese suficiente riesgo en los ineludibles micros y mercados! Abramos los ojos. No puede ser que dependamos del Estado para eso, cuando son mínimos que recaen directamente en la responsabilidad individual, que es una parte importante para controlar la pandemia.

Para todos es difícil estar en este trance tanto tiempo, pero no normalicemos la tragedia. No naturalicemos las muertes y la enfermedad por el virus, convirtiéndolas en un registro más de esos que luego a pocos importa. Nos ha tocado vivir una realidad muy triste y dura, pero hagamos el esfuerzo de asumirla responsablemente. De verdad.

TAGS RELACIONADOS