Trump es un defensor de la Asociación Nacional del Rifle (NRA). (AFP).
Trump es un defensor de la Asociación Nacional del Rifle (NRA). (AFP).

En el libro El fuego y la furia: dentro de la Casa Blanca de Trump, el periodista Michael Wolff –quien tuvo acceso a información de varios colaboradores cercanos al presidente de Estados Unidos– pone en duda la salud mental del mandatario, algo que ya varios psicólogos y analistas plantearon durante la campaña electoral de 2016. Si bien en mi columna anterior esbozamos las características de la “Doctrina Trump”, seguramente los asesores que la concibieron rezan diariamente, sin éxito, para que el presidente no improvise, invente y la desdiga por sus resentimientos. El gobierno de Trump no se puede analizar sin tomar en cuenta su manejo del poder que implica su necesidad, subconsciente quizá, de crear caos.

¿Es Trump racista y xenófobo? Sus políticas para controlar la inmigración y deportar a ilegales son crueles y no son afines con el espíritu compasivo de la historia de EE.UU., pero es cierto que cada país tiene derecho a controlar la inmigración (Obama, silenciosamente, tiene el récord de más deportaciones en 30 años). Sin embargo, la prohibición de Trump de permitir viajes de habitantes de siete países musulmanes en nombre de la “seguridad nacional”; su empeño en devolver a hijos de ilegales que llegaron al país a temprana edad (el programa DACA); declaraciones como las de por qué EE.UU. recibe a gente de “agujeros de mierda” (El Salvador, Haití y África), junto con su ambigua reacción al enfrentamiento entre supremacistas blancos vs. grupos que los confrontaron en Charlottesville (13/8/17), en donde fue asesinada una joven que protestaba contra el racismo, parecen confirmar los peores prejuicios.

Con una obvia personalidad ególatra, narcisista y agresiva, la doctrina Trump puede estar en peligro por la conducta Trump.

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