Al analizar el primer año de gobierno de Donald Trump, se hace difícil distinguir cuánto de sus decisiones son resultado de su personalidad arrogante, ególatra y hepática, y cuánto de una visión basada en una ideología o la racionalidad.
Supongamos que sí hay una “Doctrina Trump”, porque en algunas cosas el presidente de Estados Unidos sí escucha y pone en práctica lo que algunos asesores concibieron para su gobierno. ¿En qué consiste el America First?:
- Una política exterior centrada en los intereses económicos de EE.UU. que implica sacar a su país de tratados internacionales, como la Cumbre Climática; acuerdos de libre comercio multilaterales (ahora solo son bilaterales o la renegociación del TLC con México y Canadá); condicionamiento de ayuda a organismos internacionales como la ONU, la Unesco (retiró a su país) y naciones aliadas que no sean obedientes a los intereses de EE.UU.: Pakistán, Palestina, etc.
- EE.UU. se desentiende de liderar la estabilidad global.
- Las negociaciones con grandes potencias como Rusia y China se hacen desde una posición de fuerza y buscan el fortalecimiento comercial y de la industria bélica del país.
- Trump no busca promover la democracia ni valores occidentales en el mundo. Las alianzas se establecen en función de intereses pragmáticos y realistas, sobre todo de seguridad nacional, como la lucha contra el terrorismo y la defensa de aliados.
- La política nacional busca reducir masivamente la presencia de inmigrantes ilegales, sobre todo hispanos y musulmanes, y regresar a grandes proyectos petrolíferos y mineros sin importar la contaminación. ¡El cambio climático es una conspiración de los enemigos!