El abdomen no solo se reduce con ejercicios abdominales y fajas. La quema de grasa requiere ajustes hormonales que ocurren simultáneamente cuando se realiza ejercicios combinados. (USI)
El abdomen no solo se reduce con ejercicios abdominales y fajas. La quema de grasa requiere ajustes hormonales que ocurren simultáneamente cuando se realiza ejercicios combinados. (USI)

Jean Paul Osores

josores@gmail.com

Ya desde hace muchos años se le viene prestando mayor atención a la actividad física, la cual nos trae beneficios para la salud en todos los sistemas y órganos de nuestro cuerpo. Al movernos, logramos romper con el sedentarismo, que hoy en día es uno de los factores que predisponen a cientos de enfermedades degenerativas que nos envejecen y enferman.

Son conocidos los beneficios a nivel cardiovascular, ya que mantienen la presión arterial y frecuencia cardiaca bajas, lo que logra que frente a una situación de estrés estas dos no suban de manera brusca y produzcan problemas como hipertensión arterial, infartos, accidentes cerebro vasculares, entre otros. A nivel respiratorio, activa nuestro mecanismo de ventilación y así podemos oxigenar de una mejor manera nuestro cerebro; a nivel metabólico, logra incrementar la temperatura del cuerpo y así acelerar la quema calórica, como la eliminación de grasa del organismo, y con esto combatir la obesidad, terrible enfermedad que más adelante conduce a diabetes, por ejemplo. Los efectos a nivel del transporte de sangre son fantásticos ya que así los nutrientes llegan más rápido a todos los rincones del organismo. A nivel sexual, es conocido que mejora la libido y la erección en pacientes después de los 50 años; asimismo, en mujeres ayuda a controlar los síntomas producto de la baja hormonal en la menopausia. Muchas otras enfermedades derivadas del estrés, como la gastritis, estreñimiento, alopecia, dermatitis, inmunosupresión, se pueden prevenir con la práctica de actividad física continua.

Se debe realizar 30 minutos diarios de actividad física aeróbica, que se logra con una caminata, trote, montar bicicleta, por ejemplo. Además, dos o tres veces por semana de 40 minutos de actividad física anaeróbica mediante el levantamiento de pesas o con ejercicios funcionales para fortalecer nuestros músculos, que nos ayudan al desplazamiento durante toda la vida. Y, por último, los estiramientos de diez minutos, cinco veces por semana, para prevenir dolores a nivel cervical o lumbar.

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