No dejes que te jalen a su tormenta, jálalos a tu paz. La semana pasada escribí sobre la depresión y acerca de la distimia. Siempre escribo sobre la depresión. Considero que es un mal que nos hace sufrir a muchos, no solo de manera directa, sino de manera indirecta. Por eso, hoy quiero escribir nuevamente sobre ellos, pero también de los que están cerca.
Hay tantas personas en el mundo que la padecen, que hoy por hoy sufrimos de ella de manera personal o a través de un familiar o un amigo. Mucha gente no la quiere ver ni en sí misma ni en la persona que tienen al lado. Da miedo, cansa, desgasta. Es decir, la depresión afecta mucho a la persona que la sufre, pero también afecta a las personas que están alrededor.
Y, entonces, ¿qué hacemos? ¿Le damos la espalda a esa persona para que no nos ‘contagie’? O, por el contrario, ¿dejamos de hacer nuestras vidas para ayudar a esa persona que sufre tanto? (Porque la depresión es realmente dura).
Pues ni una ni otra. La depresión hay que aceptarla, identificarla, afrontarla, y buscar ayuda profesional. El amor no es suficiente. Para tratar la depresión hay que ir al psicólogo y al psiquiatra. A ambos, no a uno. Y, si eres de los que sufren porque tienes a alguien con depresión cerca de ti, no la minimices, no la relativices, ni mucho menos te creas superior o más fuerte que ese ser querido que la padece. Las personas que sufren suelen ser almas sensibles de las cuales tenemos mucho que aprender, pero necesitan ayuda porque les duele este mundo despiadado y desconectado.
Ahora bien, dicho eso, comparto este texto anónimo: “Habrá un momento en que tendrás que mirar a los ojos de alguien cercano y decirle con firmeza y ternura: ‘A partir de ahora no entraré más en el torbellino de tus emociones. Las respeto, las entiendo, pero son tuyas, no mías. No puedo vivirlas como partes de mi alma, porque en este viaje yo también cargo mi propia mochila emocional. Si decides quedarte en esa tormenta, te apoyaré siempre desde mi lugar, desde mi calma. No te abandonaré, pero tampoco me perderé contigo’”.