En este artículo me escapo del tema recurrente de la crisis sanitaria y económica para divagar sobre cómo podría ser nuestro mundo “el día después”. ¿Podremos regresar a la forma de vida que conocíamos? ¿Queremos hacerlo? ¿Se redefinirá un nuevo orden económico? Difícilmente regresaremos a la forma de vida de antes y muchos hábitos cambiarán porque hemos hallado mérito en mucho de lo que hacemos en la cuarentena. Es prematuro ver cuál será nuestra “nueva normalidad”, pero será muy distinta a la de hace dos semanas.

Las personas vamos a ser más digitales que antes, iremos menos al banco, compraremos más por Internet, usaremos más tecnología, nos desplazaremos menos y educaremos mejor a nuestros hijos. Las empresas adoptarán prácticas como home office, videoconferencias y trabajo remoto con más fuerza, lo que traerá aumentos en productividad y reducción de costos. Se gastará más en tecnología. Las empresas se tendrán que ajustar.

El mundo también va a cambiar, ojalá que para bien. No me sorprendería ver un nuevo orden global, similar a lo que ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial. Difícil pensar en cómo será, pero habrá una lucha por hegemonía y se pondrá en duda la vigencia de algunas organizaciones internacionales, hoy percibidas como poco efectivas para resolver conflictos y crisis, y se cuestionará más los beneficios de la globalización.

Ahora luchamos para enfrentar la crisis y no es tiempo de redibujar el mundo en el que queremos vivir. Pero eso va a llegar. Antes de ello debemos plantearnos cómo pasar de este estado de cuarentena a un mundo más normal donde podamos salir a la calle y se recupere paulatinamente la actividad económica.

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