Díaz y días, cuando las ganas se juntan

Ariel Segal,Opina.21 arielsegal@hotmail.com

La rabia, como el amor, puede desencadenar pasiones extremas, y si no hay quién los guíe con cierta ecuanimidad puede convertirse en violencia extrema. En Venezuela, algunos líderes de la oposición decidieron unirse a las protestas estudiantiles –unos probablemente haciendo cálculos políticos a futuro–, pero fueron ellos quienes impidieron y no forjaron, como el gobierno de Maduro los acusa, que grupos exaltados de jóvenes pudiesen recurrir a una confrontación directa con los grupos paramilitares del régimen y contra la guardia nacional.

Que Henrique Capriles decidiera tomar la calle ahora no es estratégicamente lo mejor, y que Leopoldo López y María Corina Machado piensen lo contrario no implica una división de la oposición, pues todos están claros que el régimen Chávez-Maduro-hermanos Castro ha sido un desastre. El fascismo tiene como algunas de sus características el culto a la personalidad, la toma de todas las instituciones, la creación de grupos paramilitares, la glorificación mítica de una época o un personaje y la deslegitimación política de la oposición. Estas características son afines al régimen de Maduro y no al comportamiento y mucho menos al discurso de la mayor parte de la oposición, incluyendo a Capriles, López y Machado.

Mientras muchos venezolanos reaccionan ante el satélite de La Habana que los gobierna, falleció, justamente, uno de los hombres más queridos por todos los venezolanos: Simón Díaz, el compositor y cantante, entre muchas canciones, de Caballo Viejo (https://www.youtube.com/watch?v=6-5Vtcdcz1U). Y él dijo adiós cuando decenas de miles de venezolanos se dicen a sí mismos por su futuro: "quererse no tiene horario, ni fecha en el calendario cuando las ganas se juntan…".