"Si algo caracteriza a este proceso electoral, es la incertidumbre", escribe Parodi. (Martín Bernetti/ AFP).
"Si algo caracteriza a este proceso electoral, es la incertidumbre", escribe Parodi. (Martín Bernetti/ AFP).

Si algo caracteriza a este proceso electoral, es la incertidumbre. Para la mayoría de ciudadanos, antes de la política están la salud y la búsqueda de un ingreso para satisfacer sus necesidades básicas. Sin embargo, hoy día, dos candidatos estarán en segunda vuelta y, además, quedará definida la composición del Congreso.

¿En qué estamos todos de acuerdo? En que el objetivo de quien asuma la Presidencia el 28 de julio debe ser elevar el bienestar de todos. Nadie está en contra de ello. Lo que nos diferencia es el cómo lo logramos. El cómo importa tanto como el qué. Algunos piensan que se conseguiría con una mayor intervención estatal en la economía, mientras que otros sostienen lo contrario.

Todos somos libres de estar en favor de cualquier postura. Las discusiones llegan a situaciones delirantes, en especial en las redes sociales, donde se piensa que no estar de acuerdo significa ser enemigo. Y comienzan las descalificaciones personales. No somos propositivos.

La tolerancia es un símbolo de la democracia. Nadie puede ni debe imponerle nada a nadie. Sin embargo, todo parece ser un campo de batalla en el que aparentemente gana quien insulta más y descalifica mejor a quien piensa de otra forma.

En la economía es muy claro lo anterior. En primer lugar, la economía no funciona en un vacío, sino en una realidad concreta que tiene distintas dimensiones, como la institucional, la política, la histórica, etc. Si no se toman en cuenta esos aspectos, cualquier estrategia económica puede fallar.

Por eso es que en nuestra historia, esquemas intervencionistas y liberales no han logrado elevar el bienestar de los más vulnerables. Necesitamos pelear menos y escucharnos más.

MIRA: ¿Cómo evaluar una propuesta?

En segundo lugar, más allá de ideologías, ¿por qué no revisamos lo que funciona y lo que no funciona? Usemos nuestra propia historia económica y política como referente. Preguntemos, por ejemplo, ¿por qué falló la estrategia usada durante el período 1985-90? Lo que estuvo mal no lo volvamos a hacer. ¿Existe en el Perú, como lo indican las constituciones de 1979 y 1993, una economía social de mercado? Desde luego que para eso tenemos que saber qué se hizo entre 1985 y 1990 para el primer caso y qué es una economía social de mercado para el segundo. ¿Estamos seguros de que lo tenemos claro?

En tercer lugar, no hay dudas de que la corrupción es un lastre, pero, ¿por qué existe? Todos creen tener respuestas simples, pero la realidad es mucho más compleja. Sostengo que en el Perú existe una economía de contactos, en la que solo la pasan bien quienes tienen privilegios o contactos con funcionarios que inclinan la balanza hacia un lado. Y en ese entorno, ni el mercado ni el Estado pueden funcionar. Ninguno de los dos. No estamos en una realidad donde el esfuerzo propio o los méritos sean la clave. Importan más las relaciones con el poder de turno. Y eso no se llama economía social de mercado ni socialismo, sino mercantilismo y lleva a la corrupción. Y eso es lo que hay que desaparecer.

VIDEO RECOMENDADO

Pedro Castillo y Sendero Luminoso comparten canciones, comparten ideas
Pedro Castillo y Sendero Luminoso comparten canciones, comparten ideas


TAGS RELACIONADOS