Desafío de 2020 al Bicentenario
Desafío de 2020 al Bicentenario

Por: Carlos Augusto Dammert

Una gran cantidad de ciudadanos estamos preocupados por el futuro de todas nuestras familias peruanas, su desarrollo y bienestar en un país sin conflictos.

¿Qué sucede en nuestro país?

Hemos crecido en promedio más que ningún país en América Latina durante los últimos 25 años. Los índices de pobreza se han reducido muy significativamente. La pujanza de los emprendedores y las inversiones han propiciado un crecimiento importante de la clase media.

Nuestro comercio exterior se ha multiplicado varias veces y las reservas internacionales son las más altas de nuestra historia.

A pesar de todos estos logros, vivimos en una situación de desconcierto y percibimos un gran desamparo. Hemos crecido económicamente, pero no nos hemos desarrollado culturalmente ni institucionalmente.

Los políticos no han dado la talla necesaria para contribuir a que esta historia de éxito se consolide, y conlleve un incremento del bienestar de todos los peruanos sin excepción.

Nuestros gobiernos han contribuido a que el Estado sea un paquidermo que acusa una ceguera que lo ha llevado a desbarrancarse, y a quedarse lisiado perdiendo los colmillos y la trompa: está agonizando.

¿Por qué ha sucedido esto?

Por una estructura normativa con centenas de miles de regulaciones obstruccionistas que entrampan al ciudadano de la mano de una burocracia mediocre que no se atreve a tomar decisiones.

¿Qué ocasiona el Estado agonizante, entre muchos más males?

1. Pésima gestión del gasto público.

2. Rampante inseguridad en las ciudades por el incremento de la delincuencia juvenil. Más de 1 millón de jóvenes entre los 15 y 29 años de edad ni estudian ni trabajan y ese universo son delincuentes potenciales.

3. Movilizaciones violentas que atentan contra la tranquilidad pública, la inversión –privada y pública– y el turismo nacional y extranjero.

4. Falta de autoridad de la fuerza pública por desmotivación.

5. Fuerzas policiales insuficientemente capacitadas y mal equipadas.

6. Deficiente servicio de inteligencia.

7. Cobertura de la salud pública insuficiente e ineficaz por falta de médicos especializados y equipos.

8. Bajísimo nivel de la formación educativa escolar por la calidad de los profesores y un currículo que no forma en valores.

9. Universidades fraudulentas, con excepciones que son la minoría.

10. Poder Judicial corrupto, ineficiente y no confiable.

11. Conectividad insuficiente y limitada a grandes ciudades.

12. Déficit alto de infraestructura de agua y desagüe.

13. Alta incidencia de accidentes vehiculares mortales por falta de control riguroso.

14. Medio ambiente desprotegido.

15. Potencial arqueológico y cultural poco desarrollado.

¿Cuál es el desafío de los partidos en las elecciones legislativas del 26 de enero?

Presentar candidatos con vocación por el Perú con capacidad para legislar con acierto.

¿Cuál es el desafío de los electores?

Votar por los candidatos sin chicharrones y las mejores hojas de vida en lo académico y profesional.

¿Cuál será el desafío de los nuevos legisladores?

Concertar con el gobierno para legislar con miras a reformar el Estado para el bicentenario.

¿Cuál es el desafío del gobierno?

Establecer una relación constructiva y armoniosa con el nuevo Congreso con el mismo objetivo de reformar el Estado.

¿Para qué?

Para que el partido que asuma el poder el día de la celebración del bicentenario gestione un Estado capaz de servir a todos los ciudadanos, atendiendo las necesidades que permitan un mayor bienestar para todos en un entorno social armonioso. Solo así podremos encaminarnos para alcanzar un desarrollo integral y mirar al futuro con optimismo.


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