Este es el segundo día de allanamientos a inmuebles vinculados a Gonzalo Monteverde tras las delaciones de ex directivos de Odebrecht. (Foto: AFP)
Este es el segundo día de allanamientos a inmuebles vinculados a Gonzalo Monteverde tras las delaciones de ex directivos de Odebrecht. (Foto: AFP)

Se ha necesitado un vehículo de mediana envergadura para transportar los 148 mil folios que integran el acuerdo de colaboración eficaz firmado hace menos de un mes entre el equipo especial del Ministerio Público para el caso Lava Jato y la empresa brasileña Odebrecht.

La voluminosa documentación está ahora en manos de la jueza María Álvarez Camacho, del Primer Juzgado Nacional de Investigación Preparatoria del Sistema Nacional Especializado en Delitos de Corrupción de Funcionarios, quien la someterá a un escrutinio que determinará su legalidad. La labor que le espera a la magistrada es, sin duda alguna, titánica. Pero convendrá que la lucidez la acompañe en todo instante, pues este paso será fundamental para los intereses del país y el curso de una investigación que es ya, a todas luces, histórica.

No olvidemos que a través de esa papelería se sellará la suerte de tres ex presidentes de la República, una candidata presidencial, cuando menos dos ex alcaldes y un nutrido cardumen de autoridades, empresarios y funcionarios, de niveles alto e intermedio, involucrados en actos de corrupción en perjuicio del Estado peruano.

A su vez, la magnitud de la pesquisa, su complejidad, las amenazas y riesgos que se tienen que sortear cada día para sacar el trabajo adelante, para que se mantenga la firmeza en la ruta hacia el objetivo –no otro que develar la verdad de los chanchullos y tinglados que se armaron para que todas las partes medraran con la mayor impunidad posible–, lleva a pensar que en la preciada carga de esa camioneta, colmada de sobres manila que contienen acápites o tramos específicos del acuerdo de colaboración eficaz, con su sistema de delaciones premiadas, está jugándose también buena parte del destino del proceso.

Los fiscales Rafael Vela y José Domingo Pérez han cumplido hasta aquí un muy honroso papel en este difícil tiempo que nos ha tocado vivir a los peruanos. Esperamos que la institución a la que ellos y su equipo de fiscales pertenecen esté, pues, a la altura del momento histórico que vive el país.