Candidatos deberán retirar propaganda electoral según la Ley Orgánica de Elecciones. (USI)
Candidatos deberán retirar propaganda electoral según la Ley Orgánica de Elecciones. (USI)

Le pasa a una mayoría y me pasa a mí. Estas elecciones desaniman terriblemente. En siete días habrá que elegir, obligadamente, a un alcalde. Quien obtenga esa mayoría que no llegará al 20% estará atado de manos, no tendrá presupuesto suficiente y dirá que la culpa es de su antecesor. Los limeños seguiremos requintando con el tráfico, sufriendo la delincuencia, ahogándonos en la ausencia absoluta de planificación. Disculparán, limeños, la franqueza.

Los que han punteado las encuestas escalaron con los venezolanos, queriendo ser huachimanes o diciendo que sacarán a los militares. Lima ha crecido como bien, o mal, pudo. 43 alcaldes distritales mirándose el ombligo son el problema. Elegiremos al alcalde de Lima cercado. San Isidro y Magdalena seguirán peleando por cuatro manzanas como hace 80 años. Qué pena que Castañeda haya renunciado al Metro; se lo regaló al Gobierno. Perder tres horas de un sitio a otro es un atentado a la dignidad de la gente. Lima debe tener, como mínimo, la segunda línea del Metro en 2021. Y licitar ya la 3 y la 4 para proyectar el sistema del futuro. El limeño es maltratado desde hace décadas por las combis. Los alcaldes, incapaces de conseguir el tránsito a la formalidad, han dejado sistemas a medias; como el Metropolitano, que se desbordó, y los buses de los corredores, compitiendo con la informalidad.

El alcalde de Lima coordina, coadyuva, monitorea; nos pasea. No tiene mando sobre el comisario, cuando debe ser el jefe directo del policía que cuida a sus vecinos. Los serenos no pueden contrarrestar el crimen que nos ataca por años. Pero acá los candidatos firman compromisos para debatir y luego se sientan en ellos. Lima es un desastre, aceptémoslo, y necesita un gerente capaz de sacarnos del colapso en el que nos hemos convertido.