Deja de pelearte con el dinero
Deja de pelearte con el dinero

La salud; todos la queremos, la necesitamos, para nosotros mismos, para nuestros hijos, y para nuestra familia, en general para todos, pero muchas veces olvidamos la salud para nuestra economía.

Imagínate a tu dinero como una persona. Esa persona buscaría buen trato, respeto, consideración y no que la violenten, disponiendo de ella cuando se nos antoje. Ocurre que nuestro amigo dinero se enoja y menuda venganza que lleva a cabo, ya que nos devuelve ese maltrato con creces: endeudamiento inacabable, estrés, angustia, depresión, conflictos de pareja, frustración, etc. Yo creo que saben a lo que me refiero, cuando hablo de su feroz revancha. Sin embargo, cuando sabes tratarlo, sabes darle su lugar, te permite lograr objetivos, vivir experiencias que anhelas y si lo deseas, hasta ayudar a personas necesitadas.

Entonces, como lo digo en los Entrenamientos de BDS | PRÓSPEROS, piensa un momento en silencio en cómo estás tratando a tu dinero. Ese dinero que ganas por el trabajo que realizas como dependiente, independiente, emprendedor, empresario: cuando piensas en dinero, ¿cómo te sientes? ¿Acaso sientes ligeramente erizarse la piel? Prefieres evitar hablar del tema porque es cosa del destino quizás.

Te cuento que ese tema está en tus manos. Pero, sabes qué falta: humildad. Sí, así como lo lees, humildad para hacer un alto y replantear cómo estás llevando tu vida económica, escuchar a quienes saben y pedir ayuda. Muchos no pueden porque piensan que recibir ingresos y pagar lo que se tenga que pagar es suficiente. Pero, señores míos, recordemos que un país es la suma de ciudadanos y de acuerdo a la consciencia y coherencia de estos, será el resultado global. Alguien me dirá, los culpables de todo son los gobernantes, la prensa, los empresarios, China, EE.UU., etc. Esto no quiere decir que no se deba exigir derechos, claro que sí, es válido. Nadie niega que los servidores públicos tienen la gran responsabilidad de ser juiciosos y tomar buenas decisiones. Pero, tú, yo, cada ciudadano: ¿Sabe manejar su propia economía? ¿Inculca valores en casa? Porque de ahí saldrán nuestros gobernantes, y los futuros votantes. Todo ello define nuestro resultado para crecer y desarrollar.

¿Qué queda por hacer? Miremos nuestra vida; si queremos mejorar en algún aspecto, seamos humildes y pidamos ayuda. Si queremos lo mejor para el país, empecemos con el adecuado manejo de nuestros recursos, porque si cada uno empieza a hacerlo, se imaginan qué gran país podríamos tener, uno lleno de bienestar y prosperidad.



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