(GEC)
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El Tribunal Constitucional evaluará y decidirá hoy sobre dos temas medulares. La primera es la admisión de la demanda competencial, que dará pie luego a un debate intenso y de fondo sobre la causal de permanente incapacidad moral, que en los últimos gobiernos ha pendido como la hoja de una guillotina sobre el cuello de los presidentes elegidos por voto popular, apenas debilitada o perdida su hegemonía en el Congreso de la República.

Una hegemonía que, en el caso de Pedro Pablo Kuczynski o Martín Vizcarra, jamás existió, ya que ejercieron el cargo, desde el principio, en condición de minoría parlamentaria o sin representación política alguna en el hemiciclo, como viene ocurriendo ahora, lo cual ha dado lugar a las consabidas amenazas de vacancia por parte del Congreso ni bien se agudizan los enfrentamientos con el jefe de Estado.

La segunda es la medida cautelar interpuesta por el Ejecutivo, que busca impedir que el presidente Vizcarra o su abogado se vean obligados a acudir mañana viernes al hemiciclo de la Plaza Bolívar a responder por las causales que sustentan la moción de vacancia presentada la semana pasada. El TC en este aspecto debe evaluar quirúrgicamente la viabilidad legal de cortar el proceso en curso, dado que, aun cuando la maniobra desestabilizadora no cuenta al parecer con los votos suficientes para sacar al mandatario del cargo, sí existe un legítimo interés de la ciudadanía en que Vizcarra explique por qué ordenó a sus funcionarias mentir a la Fiscalía sobre las –anteriormente negadas– visitas de Richard Swing a Palacio de Gobierno, como los audios propalados pusieron en evidencia.

El jurisletrado Víctor García Toma ha sido meridianamente claro: “Siguiendo el mismo razonamiento de la disolución del Congreso, el TC debería admitir la demanda competencial y negar la medida cautelar, (permitiendo así) que el Congreso escuche al presidente Vizcarra. Al evaluar los hechos se verá que no está en juego la vacancia. Todo indica que lo que se quiere es que el presidente explique formalmente su conducta, ante la representación nacional”.

Los tribunos, pues, tienen la palabra.