(Temple of the Way of Light)
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El jueves, fue asesinada a tiros la lideresa del pueblo shipibo-konibo Olivia Arévalo Lomas, en la comunidad intercultural Victoria Gracia, en Ucayali. Apenas se conoció el hecho, en la web de Perú21 se informó sobre la denuncia de la Federación de Comunidades Nativas de Ucayali y Afluentes. Asimismo, se hizo un perfil de Arévalo, quien, a sus 81 años, era activa defensora de los derechos y la sabiduría de su comunidad.

También reportó en web y redes el pronunciamiento del Ministerio de Cultura, las expresiones del presidente del Consejo de Ministros, César Villanueva, y los pronunciamientos de varios congresistas.

Eso fue en la plataforma digital. En el diario impreso de viernes y sábado no se publicó nada. A propósito de ello, la lectora Sandra Ramos expresa su decepción e indignación, y pregunta si hay discriminación o si no interesa el crimen de una personalidad indígena.

En el diario de papel, si bien los espacios son estrechos y no entran todas las noticias que ocurren cada día, es el rol del editor la selección y el establecimiento de prioridades.

El asesinato ocurrió el jueves, y en el impreso del viernes, la sección Perú abrió con una nota grande policial de Trujillo: “Mata a su pareja y luego se suicida”. La segunda nota: “Aumentan extorsiones en penales del norte”. Y dos breves (clausura de un botadero en Tingo María y captura de unos comercializadores de droga en Chiclayo). En el impreso de ayer sábado, se abrió con “Accidentes dejan 18 muertos” y dos breves (embarazos adolescentes en Piura y una muerte por caída de una pared en Monsefú). Mientras tanto, en la sección Política tampoco se publicó nada, a pesar de que ya hemos visto que hubo pronunciamientos de algunas autoridades.

Si bien el consumo de noticias en la plataforma digital cada vez es mayor, los lectores ven un diario impreso como la plataforma donde queda constancia de la posición editorial, de la línea de un producto informativo y de lo que este considera importante. Entonces, hay que evitar que otros lectores piensen como Sandra: que la muerte de una mujer de 81 años, representante de una de las culturas de nuestra Amazonía, no importa o que se le quiere acallar.

Sé que la Dirección y el equipo editorial no piensan así. El director interino de Perú21, Dan Flores, quien tiene derecho al descanso como cualquiera y no estuvo a cargo de esas ediciones, lamentó esa omisión y se comprometió a revisar con el equipo lo ocurrido.

Informes anteriores y especiales impresos y electrónicos son muestra del interés de Perú21 en nuestras culturas ancestrales, así como de su esfuerzo por difundir creativamente aspectos de su cultura. Pero ese conjunto de acciones puede ser percibido como efectista, posero o meramente ‘marketero’ si un día cualquiera, mientras armamos el panorama informativo de la jornada, la muerte de una mujer así no cuenta. Ni para nota grande ni para un breve.

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